Aprender a leer es difícil, y leer en voz alta es inductor de ansiedad para muchos niños. Desde no poder pronunciar una palabra, hasta ser burlado por sus compañeros para tropezar mientras hablan, leer en voz alta puede causar ansiedad y hacer que los niños tengan menos probabilidades de leer. La Universidad de Chicago, la Universidad de Illinois Chicago y la Universidad de Wisconsin-Madison han lanzado un nuevo estudio Eso muestra que puede haber un aliado poco probable que pueda ayudar. Los robots sociales pueden ser la clave para ayudar a los niños a generar confianza en la lectura en voz alta.

A medida que AI provoca preocupaciones sobre si socava el aprendizaje y el esfuerzo requerido para pensar críticamente, este estudio podría mostrar otro papel que el aprendizaje automático podría desempeñar en las aulas. A diferencia de las herramientas generativas de IA y los chatbots que a menudo se usan para hacer trampa o para generar tareas para los estudiantes, los robots sociales pueden apoyar los aspectos emocionales y sociales del aprendizaje, ayudando a los estudiantes jóvenes a generar confianza y habilidades fundamentales, como leer en voz alta.


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En experimentos con 52 niños entre las edades de 8 y 11 años, el equipo de investigación analizó cómo los niños respondieron a leer cuentos en voz alta en tres entornos diferentes: solo, a un adulto humano y a un robot social llamado Misty. Los investigadores encontraron que los niños mostraban menos signos de ansiedad (voces más estables, frecuencias cardíacas más tranquilas, temperaturas faciales más frías) al leer al robot en comparación con un adulto humano. Un estudiante en el estudio dijo: “Incluso cuando cometí un error, sabía que no podía estar enojado conmigo”.

Los investigadores recurrieron a los indicadores fisiológicos como una forma de capturar la ansiedad de los niños con mayor precisión que los autoinformes.

“Si le preguntas a un niño de 10 años, ‘¿Estabas nervioso?’ Es más probable que digan que no, ya sea porque no quieren admitirlo o porque todavía están desarrollando la capacidad de identificar y nombrar sus propias emociones “, estudiante de doctorado y liderazgo de estudio Lauren Wright dicho. “En la investigación educativa, podemos usar estas técnicas para estudiar no solo cómo los estudiantes aprenden en diferentes condiciones, sino también cómo el acto de aprendizaje los hace sentir”.

Curiosamente, la comprensión de los estudiantes se mantuvo igual en los entornos, lo que significa que el efecto calmante del robot no afectó su aprendizaje en general.

No todos los niños amaban la voz mecánica de Misty o la cara inexpresiva, pero la mayoría describió al robot como “audiencia linda, divertida y menos estresante”. Un estudiante dijo: “El robot es más fácil porque te sientes menos juzgado porque los robots no tienen sentimientos”.

Los hallazgos insinúan un futuro en el que los robots no solo enseñan herramientas, sino que podrían actuar como amortiguadores emocionales, ayudando a los niños a generar confianza en momentos que de otro modo pueden sentirse intimidantes. Sin embargo, no se determina si estos robots podrían mejorar la comprensión de lectura.

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