En 2018, los chinos El científico He Jiankui sorprendió al mundo cuando reveló que había creado los primeros bebés editados genéticamente. Utilizando Crispr, modificó los genes de tres embriones humanos en un intento de hacerlos inmunes al VIH y utilizó los embriones para iniciar embarazos.

La reacción contra Él fue inmediata. Los científicos dijeron que la tecnología era demasiado nueva para ser utilizada en la reproducción humana y que el cambio en el ADN equivalía a una mejora genética. El gobierno chino lo acusó de “prácticas médicas ilegales” y cumplió una condena de tres años de prisión.

Ahora, una startup con sede en Nueva York llamada Manhattan Genomics está reviviendo el debate sobre los bebés editados genéticamente. Su objetivo declarado es acabar con las enfermedades genéticas y aliviar el sufrimiento humano reparando mutaciones dañinas en la etapa embrionaria. La compañía ha anunciado un grupo de “contribuyentes científicos” que incluye a un destacado médico especializado en fertilización in vitro, un científico de datos que trabajó para la empresa de desextinción Colossal Biosciences y dos biólogos reproductivos de un importante centro de investigación de primates. También participa un científico que fue pionero en una técnica para crear embriones utilizando ADN de tres personas.

“Me gusta asumir desafíos cuando los veo”, dice la cofundadora Cathy Tie, ex becaria de Thiel que dejó la universidad a los 18 años para iniciar su primera empresa, Ranomics, un servicio de detección genómica. Según lo ve Tie, el desafío es hacer que la idea de la edición de embriones humanos sea más aceptable en la sociedad.

La idea de editar embriones humanos es tentadora, porque cualquier cambio realizado en las células reproductivas es hereditario. Si se elimina una mutación que causa una enfermedad en un embrión, también se eliminará de las generaciones futuras. Pero la tecnología de edición de genes también tiene el potencial de provocar efectos no deseados “fuera del objetivo”. Editar el gen equivocado por error podría dar lugar a cáncer, por ejemplo. Esos errores también se transmitirían a sus futuros hijos.

Si bien las formas más nuevas de edición de genes son más precisas, todavía existen cuestiones éticas con las que lidiar. La perspectiva de poder manipular el ADN de un embrión humano ha generado temores de un nuevo tipo de eugenesia, en la que los padres con los medios para hacerlo podrían crear “bebés de diseño” con los rasgos que ellos seleccionen.

Tie dice que el objetivo de Manhattan Genomics, originalmente llamado Proyecto Manhattan cuando la compañía se lanzó por primera vez en agosto, es corregir la enfermedad, no mejorarla. A diferencia del Proyecto Manhattan originalun programa secreto del gobierno de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial que produjo las primeras armas nucleares, Tie dice que su empresa operará de manera abierta y transparente. “Estamos revolucionando la medicina, y esta tecnología es definitivamente muy poderosa. Eso es lo que creo que es lo que tienen en común la manipulación del núcleo del átomo y la manipulación del núcleo de la célula”, dice.

Fuente