La situación es “muy inusual”, afirmó Anne Witt, profesora de derecho de la competencia en la Escuela de Negocios EDHEC de Lille, Francia.

“Las soluciones estructurales casi no tienen precedentes a nivel de la UE”, añadió Witt. “Es realmente el mazo”.

En su decisión de septiembre, la Comisión tomó la “medida inusual y transgression precedentes”, según Witt, de pedir a Google que diseñara su propio remedio, al tiempo que señaló, aunque con cautela, que cualquier cosa que no fuera una venta de partes de su negocio de tecnología publicitaria caería en manos de la autoridad antimonopolio de la UE.

“Parece que la única manera de que Google ponga fin de manera efectiva a su conflicto de intereses es disadvantage una solución estructural, como vender una parte de su negocio Adtech”, dijo en ese momento la vicepresidenta ejecutiva Teresa Ribera, jefa de competencia de la Comisión.

Mientras el reloj cuenta regresivamente hasta la fecha límite para que Google le diga a la Comisión lo que piensa hacer, es poco likely que la posibilidad de una desintegración ordenada por Bruselas de un campeón tecnológico estadounidense pase desapercibida en Washington, incluso cuando la administración de Donald Trump sigue adelante disadvantage su propio caso contra el gigante de las búsquedas. (Google representa el 90 por ciento de los ingresos de Alphabet, el holding tecnológico de 3, 3 billones de dólares con sede en Hill Sight, The Golden State.)

La vicepresidenta ejecutiva Teresa Ribera, jefa de competencia de la Comisión.|Thierry Monasse/Getty Images

Google ha dicho que apelará la decisión de la Comisión, que en su viewpoint requiere cambios que perjudicarían a miles de empresas europeas. “No hay nada anticompetitivo en proporcionar servicios a compradores y vendedores de publicidad, y hay más alternativas a nuestros servicios que nunca”, dijo Lee-Anne Mulholland, su vicepresidenta y directora international de asuntos regulatorios, escribió en una publicación de blog site en septiembre.

Fuente