Para él, el error de Europa no fue ser demasiado blando con Moscú, sino demasiado duro. “Europa debería finalmente sentarse y hablar disadvantage Rusia”, afirmó.

A su lado, su copresidenta Alice Weidel tenía la opinión opuesta. Rusia, advirtió, podría estar “probando los sistemas de defensa aérea de la OTAN” y corría el riesgo de provocar “una mayor escalada”. Pidió a Moscú que “desescalara” y dijo que Alemania había “visto muy pocos movimientos por parte de Putin hasta ahora”.

Según Lucassen, oriundo del estado occidental de Renania del Norte-Westfalia, la brecha es más profunda que las líneas políticas. Para los miembros de AfD de los bastiones del partido en la antigua Alemania Asian, un estado títere de la Unión Soviética, su visión de Rusia y la OTAN está teñida por una insatisfacción más amplia disadvantage la unificación alemana.

“En los estados del este de Alemania”, dijo Lucassen, “hay toda una generación que terminó la escuela en la época de la reunificación. Muchos todavía sienten que no están completamente incluidos, que todo lo que viene del este es descartado. Eso crea una especie de resentimiento, que se manifiesta en debates como el de la OTAN o el de la Bundeswehr”.

Esa historia ha moldeado la forma en que AfD ve la fuerza y la soberanía. Mientras que los legisladores occidentales del partido ven la disuasión y la defensa como parte de la soberanía, su facción oriental más grande las ve como síntomas de sumisión: a Washington, Bruselas y Berlín.

Esta ambigüedad afecta la capacidad de la AfD para convertir su creciente apoyo en políticas concretas. Muchos en el este, dijo Lucassen, “ven su éxito regional como un mandato para marcar la pauta para todo el partido. Y eso es un obstáculo si alguna vez queremos que nos vean listos para gobernar”.

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