“Los chinos tienen acceso remoto a todos estos dispositivos. Y el acceso remoto significa que pueden controlar completamente el dispositivo de forma remota desde China, y pueden apagarlo”, dijo Erika Langerová, jefa de investigación de ciberseguridad en el instituto de energía UCEEB con sede en Praga de la Universidad Técnica Checa, en una conferencia de prensa organizada por la Misión de Estados Unidos ante la UE en septiembre.

Al introducir firmware malicioso, una empresa podría desactivar las protecciones de seguridad o los ventiladores de refrigeración y otras medidas, afirmó Langerová.

Nuevo sector, viejos trucos

Huawei fue un elemento habitual en los círculos de lobby de Bruselas durante más de una década, organizó fastuosas fiestas y fue vista como una entidad amiga en los círculos políticos europeos. Eso cambió en 2019, cuando Huawei quedó bajo el microscopio por preocupaciones de seguridad y espionaje en sus redes móviles 5G.

Para contrarrestar el cambio de actitud, Huawei ofreció salarios de seis cifras para atraer a periodistas y políticos a ejercer presión en su nombre, pero no logró impedir que la Comisión adoptara un enfoque más cauteloso en el uso del equipo 5G de Huawei.

Huawei respondió a la medida, diciendo que no hay evidencia de que su equipo represente una amenaza a la seguridad.

Como parte de las consecuencias de las acusaciones de dinero a cambio de influencia, la Comisión anunció en abril que ya no se reuniría con organizaciones que cabildeaban en nombre de Huawei, lo que llevó a la expulsión de la empresa de SolarPower Europe.

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