Una vez que el periodista terminó su pregunta sobre el Jamming del GPS, Trump continuó: “Nadie sabe de dónde vino, pero quitaron su capacidad para usar el teléfono”. Añadió: “Sabes, a veces es algo bueno. A veces, si me pasara, estaría muy feliz”.
Debajo de la broma, era inesperado Por cierto Con los problemas de recepción telefónica de Von der Leyen, y había una sugerencia clara que los dos no habían podido ponerse en contacto. Era más evidencia de que el presidente de la Comisión era cada vez más, aunque solo sea por ahora, cerca de ese santo grial de los líderes de la UE, un interlocutor europeo por defecto para un presidente de los Estados Unidos.
Comunicaciones simplificadas
Dentro de las famosas jerarquías desordenadas del liderazgo de la UE, distribuidos en numerosos gobiernos nacionales y instituciones de Bruselas, Von der Leyen ha ganado.
Durante la visita de agosto de los líderes europeos a la Casa Blanca, ella fue la única figura institucional de la UE que apareció. Atrás quedó el combo habitual de dos por uno con el presidente del Consejo Europeo.
El mensaje fue claro: Bruselas está racionalizando su voz transatlántica. Von der Leyen puede no hablar por toda Europa, pero ella es cada vez más la que levanta el teléfono. Y el que Trump responde.
No siempre fue tan suave. Los primeros esfuerzos para interactuar con el equipo de Trump fueron torpes, admitieron los dos funcionarios de la UE, no ayudados por las puertas giratorias en la administración de los Estados Unidos durante sus primeros meses en el cargo.