En medio de disputas arancelarias, la guerra en Ucrania y problemas ambientales, Europa busca una nueva dirección para su estrategia económica. Una cuestión clave es qué papel deben desempeñar en el futuro la producción, la agricultura y la protección de los recursos naturales respetuosas con el medio ambiente.

A través de su Acuerdo Verde de 2019, la UE ha estado trabajando para hacer que sus industrias sean más eficientes y climáticamente neutrales para 2050. Pero el plan enfrenta crecientes críticas y presiones. Sobre todo del grupo conservador del PPE en el Parlamento de la UE, que busca obtener mayorías con la ayuda de partidos de extrema derecha.

Actualmente se están diluyendo varias resoluciones, mientras que la aplicación de determinadas medidas se pospone o incluso se anula por completo.

Flexibilización de las obligaciones de información para las empresas

Dos instrumentos centrales del Pacto Verde son la Ley de Cadena de Suministro de la UE y las obligaciones de las empresas de informar sobre sus propios impactos sociales y ambientales. El objetivo es garantizar la comparabilidad y hacer visibles las responsabilidades.

Un grupo de políticos, entre ellos Viktor Orban y Marine le Pen, están de pie en un escenario iluminado de azul y aplauden.
El grupo conservador del PPE busca socios en el Parlamento Europeo. Los partidos de extrema derecha, incluidos los de Viktor Orban (Hungría) y Marine le Pen (Francia), podrían convertirse en hacedores de reyes en Bruselas.Imagen: Ricardo Rubio/Europa Press/IMAGO

Hasta ahora, unas 50.000 empresas de la UE con una plantilla de al menos 250 personas estaban obligadas a preparar este tipo de informes anualmente. Pero las quejas de las empresas acerca de que la regulación las carga con burocracia y inmoviliza demasiados recursos significa que las pequeñas y medianas empresas ya no tendrán que presentar informes.

La norma se aplicará ahora exclusivamente a las grandes empresas con un volumen de negocios de cientos de millones de euros.

Los críticos dicen que menos obligaciones de presentación de informes significan menos transparencia, tanto para el público como para los inversores que apoyan prácticas sostenibles y quieren evitar modelos de negocio nocivos o poco éticos para el medio ambiente.

El Banco Central Europeo (BCE) había advertido de antemano que la interrupción de estos informes podría provocar un desequilibrio regulatorio. En una carta a la Comisión, destacó que el cambio climático tiene un “impacto profundo en la estabilidad de precios” y requiere una base de datos suficientemente sólida para gestionar los riesgos financieros.

Un camión verde circula por una carretera con grúas en el puerto de contenedores de Rotterdam visible al fondo
La UE planea un menor control de las regulaciones de producción en todas las industriasImagen: Jochen Tack/Picture Alliance

En opinión del BCE, esta base de datos se vería comprometida si el número de empresas sujetas a la obligación de informar se redujera hasta en un 80%, como está previsto actualmente en el paquete.

Menos seguimiento de las cadenas de suministro

La adopción del llamado paquete de simplificación también ha dado lugar a normas debilitadas para la Ley de Cadena de Suministro.

Esto debería incluir miles de grandes empresas de sectores de alto riesgo, como la industria textil, la pesca o la minería, que producen para el mercado de la UE.

Las empresas a lo largo de toda la cadena de suministro debían estar obligadas a reconocer, frenar y poner fin a las violaciones de los derechos humanos y del medio ambiente. Este objetivo ahora se ha diluido significativamente.

Las normas ahora sólo se aplican a empresas multinacionales con más de 5.000 empleados y una facturación de al menos 1.500 millones de euros (1,7 dólares). Además, las víctimas de violaciones ambientales y de derechos humanos a lo largo de la cadena de suministro no tienen derecho a demandar. Y las empresas ya no tienen que presentar sus propias estrategias climáticas, como se pretendía originalmente.

¿Productos no vinculados a la deforestación? Aún no

Los 27 estados miembros de la UE también habían acordado normas destinadas a proteger los bosques. Productos como el té, el café, la soja y la carne de vacuno sólo estarían disponibles para la venta en la UE si se comprobaba que no estaban relacionados con la deforestación.

La idea era garantizar que las empresas actuaran responsablemente en la protección de los bosques, particularmente en regiones de agricultura intensiva como Brasil e Indonesia.

Sin embargo, la introducción de las nuevas normas se ha pospuesto hasta finales de 2026. Además, muchas menos empresas tendrán que demostrar que sus productos se fabrican sin deforestar.

Para poner esto en contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estima que entre 1990 y 2020 se talaron alrededor de 420 millones de hectáreas de bosque (un área mayor que la UE). El consumo de la UE representa alrededor del 10% de la deforestación mundial, y el aceite de palma y la soja representan más de dos tercios de esta cifra. Los bosques almacenan carbono y son extremadamente importantes para la biodiversidad.

Imagen de un dron de una plantación de aceite de palma con bosque verde en el costado de la plantación Bangsal en el sur de Sumatra, Indonesia.
El aceite de palma se utiliza en muchos productos, pero las plantaciones suelen estar vinculadas a la tala de bosques tropicales.Imagen: AFP

Debilitamiento de las regulaciones ambientales para la agricultura

Alrededor de un tercio de todo el presupuesto de la UE se destina a la agricultura, la mayoría en forma de subvenciones. Las normas del bloque para una producción de alimentos más sostenible han sido durante mucho tiempo una molestia para las grandes explotaciones.

También en este caso los políticos están cediendo cada vez más. En 2023 y 2024, las protestas de los agricultores contra normas más estrictas sobre el uso de pesticidas llevaron a que no se adoptaran. La Ley de Conservación de la Naturaleza, que preveía una mayor protección de las turberas de importancia ecológica, fue enormemente diluida. Originalmente se suponía que las granjas contribuirían a este objetivo.

En una serie de propuestas destinadas a simplificar la burocracia para los agricultores y desregular el sector agrícola, el foco principal está en debilitar las normas ambientales. Por ejemplo, las inspecciones de las normas medioambientales se limitarán a un máximo de una vez al año.

En general, en toda Europa se permitirá convertir en tierras cultivables muchos más paisajes naturales de lo previsto anteriormente. Al mismo tiempo, las pequeñas explotaciones con hasta diez hectáreas de tierra tendrán acceso a subvenciones sin tener que cumplir determinadas normas medioambientales.

También se suponía que las estrategias de sostenibilidad en la agricultura debían adaptarse continuamente a las nuevas regulaciones medioambientales. Pero esto ya no es obligatorio, lo que significa que las granjas de la UE tendrán que hacer menos por el medio ambiente en el futuro, a pesar del importante papel de la agricultura en el clima.

Se pospone la fecha límite para los vehículos nuevos con motor de combustión

La decisión de la UE de detener la producción de automóviles con motor de combustión dentro del bloque a partir de 2035 podría ser historia incluso antes de que entre en vigor.

El gobierno alemán se ha opuesto fuertemente al plazo y la industria automovilística del país siempre ha estado en contra de la decisión. Ahora la UE ha decidido oficialmente “revisar” el fin del motor de combustión, lo que deja la interrogante sobre cuándo entrará en vigor la prohibición.

A corto plazo, esto podría beneficiar a la industria automovilística europea, que sigue dependiendo en gran medida de los motores de combustión. Pero como se prevé que continúe la tendencia hacia los vehículos eléctricos, los expertos ven mejores oportunidades a largo plazo para los fabricantes de automóviles que ofrecen vehículos eléctricos.

Menos compromisos climáticos en casa

Los objetivos climáticos europeos también se están recortando aún más. Para evitar catástrofes climáticas aún más extremas, el Consejo Asesor Científico de la UE recomendó una reducción de las emisiones del 90% al 95% para 2040 en comparación con los niveles de 1990.

Apenas el mes pasado, la UE acordó sus objetivos climáticos, incluida una reducción del 90% en las emisiones de carbono. Pero hay un problema. Parte de estas reducciones de emisiones pueden compensarse mediante medidas adoptadas en otros países financiadas por la UE.

En otras palabras, la UE en realidad sólo tiene que reducir sus propias emisiones en un 85%, ya que puede comprar hasta un 5% a través de cosas como proyectos de reforestación en el extranjero.

El objetivo también puede modificarse aún más si surgen dificultades con su implementación. Al mismo tiempo, los Estados miembros decidieron posponer el inicio de la fijación del precio del carbono en el sector de la construcción y el transporte (ETS 2) de 2027 a 2028.

Este artículo fue publicado originalmente en alemán.

Cambiar las cadenas de suministro: hacer que el comercio sea seguro y justo

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