Una iniciativa cultural en Izmir, en el oeste de Türkiye, está trabajando para revivir los platos tradicionales del pueblo y proteger la memoria culinaria de la región para las generaciones futuras.

Dirigido por el Centro de Educación Pública de Karabağlar, una institución local que depende del Ministerio de Educación Nacional (MEB) y presta servicios en el distrito Karabağlar de Izmir, el proyecto documenta recetas recopiladas de mujeres mayores en barrios rurales y las prepara para un archivo a largo plazo.

El esfuerzo se centra en restaurar platos que alguna vez fueron comunes en los pueblos de Izmir pero que ahora rara vez se ven. Las recetas recopiladas durante las visitas de campo se están registrando, digitalizando y organizando para la publicación de un libro planificado. Los alumnos de cocina del centro también aprenden estos platos para garantizar una transferencia estructurada de conocimientos intergeneracionales.

La directora del Centro de Educación Pública de Karabağlar, Fatma Demirci, dijo que las recetas tradicionales habían comenzado a desaparecer en toda la región. Señaló que el equipo del centro visitó pueblos, conoció a residentes ancianos y registró sabores heredados de abuelas y bisabuelas.

“Estas recetas saludables se estaban olvidando. Se las enseñamos a nuestros alumnos y las archivamos. También entregaremos el estudio completo a nuestro ministerio”, dijo.

Demirci añadió que ya se han documentado más de 20 platos exclusivos de Esmirna, incluidas las galletas külür y la sopa topalak. Enfatizó que preservar el patrimonio culinario local también fortalece la continuidad cultural y apoya la estrategia educativa a largo plazo del centro.

Los residentes del pueblo que contribuyen al proyecto dicen que su motivación es salvaguardar los sabores auténticos para las generaciones futuras. Cavidan Çınar, aldeana de Kavacık, dijo que compartió la receta de Kabakucu de su abuela y quiere que el plato siga siendo parte de la cultura gastronómica de Izmir. “Este sabor pertenece a nuestro pueblo y me emociona ver cómo se conserva”, dijo.

Otra participante, Fatma Aksu, destacó la importancia de promover platos caseros y más saludables. Ella enseña külür, una galleta tradicional hecha con melaza Kavacık. “Estos sabores no deben olvidarse. Los jóvenes necesitan reconectarse con comidas que sean nutritivas y satisfactorias”, afirmó.

Tülay Dündar presentó un pastelillo sin desperdicio elaborado con pan duro, una técnica que alguna vez se usó para evitar el desperdicio de alimentos en las cocinas de las aldeas. “El pan nunca se tiraba a la basura. Se convertía en pasteles con especias y otros ingredientes. Recuperar esta receta me da alegría”, explicó.

Los jóvenes aprendices también ven el proyecto como una oportunidad de aprender directamente de cocineros locales experimentados. Umut Barış Gezgin, de 19 años, dijo que pasar tiempo con los mayores y aprender sus recetas crea un vínculo significativo entre generaciones.

Sedanur Poyraz, de 18 años, añadió que muchos platos tradicionales ya han sido olvidados y deben compartirse más ampliamente para sobrevivir.

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