El Departamento de Justicia de EE. UU. ha despedido a más de 20 empleados involucrados en las investigaciones del abogado especial Jack Smith sobre el expresidente Donald Trump. Estos despidos incluyen abogados y personal de apoyo que trabajaban en casos relacionados con documentos clasificados y los esfuerzos por anular las elecciones de 2020. Esto forma parte del plan de la Fiscal General Pam Bondi para reestructurar el departamento y eliminar al personal vinculado a investigaciones anteriores.
Entre los despedidos se encuentran dos fiscales y personal de apoyo que trabajaban bajo Smith. Smith lideró dos investigaciones importantes contra Trump: una sobre las elecciones de 2020 y otra sobre los documentos clasificados encontrados en Mar-a-Lago. Trump fue imputado en ambos casos, pero ninguno llegó a juicio. El caso de la interferencia electoral se retrasó debido a una decisión de la Corte Suprema, y el caso de los documentos fue desestimado después de que un juez dictaminara que la designación de Smith era ilegal.
Estos despidos forman parte de una reestructuración más amplia dentro del Departamento de Justicia, lo que ha generado preocupaciones sobre la influencia política. Los críticos argumentan que estas acciones podrían debilitar la independencia del departamento y dañar la confianza pública en sus investigaciones.
El Departamento de Justicia no ha explicado las razones específicas de estos despidos, pero coinciden con el objetivo de Bondi de “terminar con la instrumentalización del gobierno” y garantizar que el departamento opere de acuerdo con las prioridades de la actual administración.
A medida que el departamento continúa con su reestructuración, no está claro cómo estos cambios afectarán las investigaciones en curso. Los expertos están observando de cerca la capacidad del departamento para mantener su efectividad y la confianza pública.
