En los últimos 25 años, la cuenca mediterránea, incluida Türkiye, ha experimentado una reducción significativa de las precipitaciones, con niveles que han disminuido aproximadamente un 20%. Esta disminución, junto con el aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones climáticos, plantea una grave amenaza a la productividad agrícola en toda la región, según el profesor Önder Çalmaşur, decano de la Facultad de Agricultura de la Universidad Atatürk.
Çalmaşur enfatizó que los cambios en el régimen de lluvias y el aumento del calor están provocando reducciones en el rendimiento de los cultivos tanto a nivel mundial como dentro de Türkiye. Estudios recientes predicen las disminuciones más sustanciales en la producción de trigo, maíz y girasol. Explicó que el cambio climático también ha provocado un aumento en la frecuencia de desastres naturales como inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios forestales, sequías y fenómenos de calor extremo.
Al resaltar las causas subyacentes, Çalmaşur señaló las emisiones de gases de efecto invernadero como el principal impulsor del aumento de la temperatura de la superficie global. Citando proyecciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), señaló que para 2040 se espera un aumento de 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit), el límite superior definido para evitar consecuencias catastróficas, y que las temperaturas podrían aumentar 4,3 grados Celsius para 2100 si continúan las tendencias actuales.
El sector agrícola se encuentra entre los más vulnerables a estos cambios. Çalmaşur afirmó: “El acceso al agua y las condiciones climáticas desfavorables reducen directamente la productividad, causando pérdidas significativas. A nivel mundial, gran parte de la disminución de la producción agrícola se atribuye a factores relacionados con el clima, como sequías, inundaciones repentinas, lluvias inoportunas, granizo, heladas y tormentas”.
Las proyecciones sugieren que para 2080, la producción agrícola mundial podría disminuir entre un 3% y un 16%. Si bien se espera que los países en desarrollo sean los más afectados por estas pérdidas, algunas regiones de Europa y América del Norte pueden ver ganancias debido al aumento de las precipitaciones y las temperaturas.
Centrándose en Türkiye, Çalmaşur detalló los impactos regionales. Hizo referencia a un estudio que utiliza proyecciones de temperatura y precipitación para las décadas de 2050 y 2080 de la Dirección General de Meteorología de Turquía. Esta investigación analizó las principales zonas agrícolas y los escenarios de rendimiento para trigo, maíz y girasol.
Los hallazgos indican que las mayores reducciones de rendimiento en la década de 2050 serán las del trigo, con un 7,4% en Anatolia Central, el maíz con un 13,6% en Anatolia Oriental y el girasol con un 7,7% en Anatolia Central. Se espera que para la década de 2080 la situación empeore: el trigo disminuirá un 11,85% en el sudeste de Anatolia, el maíz un 19% en Anatolia oriental y el girasol un 13,5% en Anatolia central.
Çalmaşur enfatizó además que las costas mediterránea y egea de Türkiye enfrentarán condiciones de sequía cada vez mayores, mientras que la costa del Mar Negro puede experimentar niveles de humedad más altos debido a los cambios en los patrones de precipitación. Resumiendo las tendencias climáticas esperadas, dijo: “Türkiye verá aumentos de temperatura en todas las regiones y estaciones, con un calentamiento en verano más pronunciado que en invierno. Las precipitaciones anuales disminuirán en las regiones del sur y aumentarán en el noreste. El país enfrentará eventos de lluvia más intensos, mayor riesgo de inundaciones de ríos y deslizamientos de tierra, sequías y olas de calor más largas y severas, aumento del nivel del mar y mayores riesgos de inundaciones en las regiones costeras y deltas”.







