Sudáfrica, actual campeona del mundo, dio un golpe de autoridad en el Rugby Championship al aplastar 43-10 a Nueva Zelanda en Wellington, tomándose revancha de la derrota sufrida la semana pasada en Auckland y firmando la peor caída de los All Blacks como locales en toda su historia.

En el Sky Stadium, los Springboks pasaron de sufrir en el primer tiempo a dar una verdadera clase de rugby en el complemento, borrando de la cancha a sus eternos rivales con una actuación arrolladora.

El inicio fue favorable a los neozelandeses, que se fueron al descanso arriba por 10-7 gracias a un try de Leroy Carter y los aciertos a los palos de Damian McKenzie, mientras que Cheslin Kolbe marcó el único try sudafricano, convertido por Manie Libbok.

Pero el segundo tiempo fue un monólogo verde y oro. Kolbe volvió a apoyar en el ingoal, y luego se sumaron las conquistas de Damian Willemse, Andre Esterhuizen, Kwagga Smith y RG Snyman, todas acompañadas por las conversiones de Libbok, para cerrar un parcial de 36-0 en la segunda mitad que dejó sin respuestas a los locales.

El equipo de Scott Robertson no pudo sostener el ritmo y terminó sufriendo una paliza que entra en los libros: la derrota más amplia de Nueva Zelanda como local ante cualquier rival.

Con este triunfo, los Springboks no solo se mantienen firmes en la lucha por el título del Rugby Championship, sino que también enviaron un mensaje claro: siguen siendo los reyes del rugby mundial.

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