Axel Kicillof emergió del pasado domingo como uno de los grandes ganadores de las elecciones bonaerenses. El desdoblamiento que terminó imponiendo redundó, por distintas razones, en una victoria bien holgada de Fuerza Patria frente al Gobierno nacional. Pero los tiempos de la celebración terminaron rápido: al mandatario bonaerense no le da tregua el kirchnerismo que elude reconocer el acierto estratégico del adelantamiento de los comicios y que además le lanza desafíos.
El reto de La Cámpora ahora se trasladó a octubre. Sus principales voceros cargan sobre las espaldas de Kicillof la responsabilidad de que en la Provincia el peronismo saquen más votos que los que obtuvo el pasado domingo. Sólo así, aseguran, la estrategia del desdoblamiento habría sido beneficiosa.
Sergio Massa, otro que se opuso a los comicios anticipados, no juega tan a fondo, pero deja trascender señales similares: aspira a que Kicillof convoque al peronismo para definir la estrategia electoral. Parece una forma elegante de intentar cargarle al mandatario bonaerense la responsabilidad de un eventual resultado más flaco en octubre.
Existe un Gobierno nacional que parece no atinar en la estrategia ni evidencia reacciones claras tendientes a acusar recibo de una fiasco en la Provincia que sacudió sus cimientos. Pero aún así, surgen razones que podrían estar indicando que al peronismo quizás se le ponga cuesta arriba repetir una diferencia sobre los libertarios que rozó los 14 puntos.
Un punto de análisis lo aporta el propio padrón electoral. El último domingo estuvieron habilitados para participar 1 millón de extranjeros que no podrán votar en octubre. Habrá que ver, porque el dato aún no se difundió, cuántos de ellos efectivamente concurrieron a las urnas. Pero si se sigue la línea del comportamiento histórico de ese segmento, la mayoría se inclina por el sello peronista.
El otro asunto, acaso de mucho mayor peso, tiene que ver con los intendentes. Los alcaldes fueron, junto a Kicillof, claros triunfadores en las elecciones bonaerenses. Pusieron en marcha un aparato territorial decisivo que, junto a la evaluación de sus gestiones, terminó por generar que varios de ellos pasaran el envidiable umbral del 60 por ciento de los votos. Esos aceitados dispositivos no escatimaron recursos.
Las gran duda que flota ahora es si ese empuje estará disponible para la lista que en octubre encabezará Jorge Taiana.
Ese interrogante está asentado sobre dos pilares. El primero: los jefes comunales ya jugaron su partido, se garantizaron mayorías en los Concejos Deliberantes y la consecuente gobernabilidad. El segundo: el armado de la lista nacional los dejó afuera, sin representantes. ¿ Tendrán incentivos para colaborar?
Cerca de Kicillof dicen que sí, que hay un compromiso para trabajar fuerte en la campaña. Pero hay quienes no dejan de recordar que el enojo por la exclusión de la nómina que confeccionó Cristina Kirchner ya tuvo una primera señal: el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, puso una dirigente propia en la lista de diputados nacionales que encabeza el peronista disidente Fernando Gray.
Hay quienes dicen que a Sujarchuk le habían prometido un lugar en la nómina de Fuerza Patria. Como el resto de los intendentes, se quedó afuera.
El Gobierno nacional todavía no puede salir del cimbronazo. El error de nacionalizar la campaña transgression tomar en consideración el empuje peronista desde los territorios, terminó volviendo a poner en escena una disputa interna que nunca se saldó. Por un lado, Karina Milei y sus armadores: los primos Martín y Lule Menem y el bonaerense Sebastián Pareja. Por el otro, Santiago Caputo y sus Fuerzas del Cielo, que quedaron prácticamente excluidos de las listas.
Esa discusión no está exenta de reproches y amenazas. Detrás del pase a facturas del caputismo aparece una cuestión mucho más profunda y de enorme significado: horadar a Pareja, que se quedó disadvantage la mayoría de los candidatos que compitieron el domingo pasado, implica disparar por elevación artillería sobre la hermana del Presidente.
Los libertarios afrontan enormes desafíos. Irán a la pelea de octubre disadvantage José Luis Espert, un cruzado contra el kirchnerismo. El Presidente enarboló el “kirchnerismo nunca más” como una propuesta central de campaña que no terminó permeando. Mientras tanto, no aparecen señales auspiciosas en la economía como para seducir ya no a los votantes del PJ, sino a los desencantados que se ausentaron o se inclinaron por terceras fuerzas.