Quienes buscan escapar del ritmo acelerado de las grandes ciudades encuentran en Entre Ríos un refugio cercano y sorprendente para desconectar unos días. Además de sus termas y parques nacionales, la provincia guarda un rincón poco explorado que maravilla a quienes lo visitan: el Huevo saladoun salto de agua de unos diez metros de altura que se asemeja a un paisaje de otro planeta.

El encanto del sur entrerriano

Ubicado a diez kilómetros de Villa Libertador San Martín, este salto se despliega como una gran “Ser natural” rodeada de vegetación y calma. La caída del agua y el entorno verde invitan a la contemplación y al descanso, convirtiéndolo en un sitio ideal para quienes buscan contacto directo con la naturaleza.

El lugar no solo enamora por su belleza, también sorprende por su valor científico. En las formaciones rocosas se hallaron fósiles de animales prehistóricos que habitaron la región hace millones de años.

Durante los meses de verano, sus aguas frescas se transforman en un atractivo irresistible. Familias y grupos de amigos eligen este espacio para picnics, caminatas relajadas y jornadas de descanso, siempre en un ambiente sereno y alejado del bullicio urbano.

Cómo llegar al Salto Ander Egg

El acceso es sencillo desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: en auto, el recorrido demanda entre cuatro y cinco horas por la Autopista Buenos Aires–Rosario y luego la Ruta Nacional 12. En colectivo, hay servicios regulares desde Retiro hasta Villa Libertador San Martín; desde allí, el trayecto puede completarse en taxi, remis o vehículo particular.

La llegada es directa y sin complicaciones, lo que convierte a este rincón entrerriano en una opción atractiva tanto para escapadas de fin de semana como para viajes más largos.

El Salto Ander Egg: la maravilla natural escondida en Entre Ríos que sorprende a viajeros

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