Las artesanas de Samsun, en la costa norte de Türkiye, están promoviendo un oficio tradicionalmente dominado por los hombres decorando las paredes y techos de las mezquitas a varios metros del suelo con motivos intrincados.
Aynur Şeker, Nazlı Cezan e Işık Kahrıman instalaron andamios en cada mezquita donde trabajan, preparando cuidadosamente sus pinturas y materiales antes de subir escaleras de madera para alcanzar techos y paredes altos. Su proyecto más reciente consistió en adornar las paredes de la mezquita Soyuk, actualmente en construcción en el barrio Karacaören del distrito Salıpazarı en Samsun.
Şeker comenzó a dominar el oficio en 2014 junto a su marido, Emin Şeker. Durante 11 años, ha contribuido a la decoración de más de 100 mezquitas en las ciudades clave de Turquía, incluidas Ankara, Estambul, Esmirna y Manisa en el oeste de Turquía, Balıkesir en el noroeste de Turquía, Isparta en el suroeste de Turquía y Antalya a lo largo de la costa mediterránea meridional de Türkiye.
“Cada trabajo plantea desafíos, pero el nuestro requiere un cuidado y una paciencia excepcionales”, afirmó Şeker. “Montar y desmontar andamios, pintar suelos y trabajar en alturas no es fácil, pero las mujeres pueden realizar este trabajo tan bien como los hombres. Siempre intento realizar mi trabajo con la máxima calidad”.
El apoyo del microcrédito ha sido fundamental para expandir su negocio. “Mi amiga Nazlı me presentó el microcrédito. Después de solicitarlo y obtener la aprobación, pude adquirir pintura, pinceles y otros materiales, lo que facilitó nuestro trabajo y aumentó nuestros ingresos. El microcrédito ofrece enormes oportunidades para las mujeres que buscan independencia financiera. Se lo recomiendo a cualquiera que quiera valerse por sí mismo”, añadió Şeker.
Cezan, que se mudó de Estambul, en el noroeste de Türkiye, al distrito de Çarşamba de Samsun, en la costa norte de Türkiye, después de separarse de su marido, atribuyó al microcrédito el mérito de haberla ayudado a reconstruir su vida y, al mismo tiempo, mantener a sus dos hijos.
“Al principio fue muy difícil, pero hoy, gracias a este trabajo, logramos mantener a nuestra familia y educar a nuestros hijos”, dijo Cezan.
Estas mujeres ven su oficio como un medio de vida y una fuente de orgullo, preservando el patrimonio social y desafiando los roles tradicionales de género en el campo al demostrar que la determinación y las oportunidades permiten a las mujeres tener éxito en cualquier profesión.








