DEl 26 de julio de 2012, Mario Draghi asistió a una reunión invitado por David Cameron. El nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE) debía dirigirse a un par de cientos de empresarios en Lancaster House en Londres. Draghi había advertido de antemano que tenía poco que decir sobre la crisis financiera. Pero lo que dijo fue aún más poderoso: el BCE está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para salvar la moneda única, el euro.
“Lo que sea necesario” fue seguido de una garantía: “Créanme, es suficiente”.








