RAMS Park rugirá el sábado por la noche cuando el Galatasaray, campeón defensor de la Süper Lig, se enfrente a su más feroz rival del norte, el Trabzonspor, en un encuentro de la undécima ronda que lleva el peso de la historia, el orgullo y la supremacía del comienzo de la temporada.

Bajo Okan Buruk, el Galatasaray ha parecido un equipo con la misión de construir una dinastía en lugar de simplemente defender una corona.

Los campeones se sitúan en lo más alto de la tabla de la Süper Lig con 28 puntos en 10 partidos, acumulando nueve victorias y un empate y con una diferencia de goles de +25, la mejor de la liga.

Su forma en casa ha sido inmaculada: cinco victorias de cinco en RAMS Park, 14 goles marcados y cuatro porterías a cero que subrayan su dominio en Seyrantepe.

El ataque se ha convertido en una de las asociaciones más formidables de Europa, ya que Victor Osimhen y Mauro Icardi han forjado una alianza letal en el frente.

Osimhen, que finalmente ha vuelto a estar en plena forma después de un golpe en el tobillo, ha marcado siete goles en ocho partidos, mientras que la compostura y los instintos depredadores de Icardi han producido cinco goles.

Juntos, encarnan la filosofía del Galatasaray: ritmo, precisión y eficiencia.

Detrás de ellos, Barış Alper Yılmaz amplía las defensas con sus implacables carreras y su físico.

En el mediocampo, Lucas Torreira e Ilkay Gündoğan mantienen el control y el equilibrio, asegurando que el sistema 4-2-3-1 de Buruk mantenga su fluidez entre posesión y transiciones.

El portero Uğurcan Çakır es el ancla de la defensa con cinco porterías a cero esta temporada.

Sin embargo, los ajustes defensivos pueden poner a prueba la profundidad del Galatasaray.

La lesión en el tendón de la corva de Wilfried Singo lo dejará fuera hasta principios de noviembre, mientras que Davinson Sánchez corre el riesgo de ser suspendido después de acumular puntos disciplinarios.

Se espera que Abdülkerim Bardakcı sea el ancla de la zaga.

La tormenta renaciente de Tekke

Si el Galatasaray representa el dominio, el Trabzonspor representa el desafío.

Los gigantes del Mar Negro han resurgido bajo el mando de Fatih Tekke, combinando estructura táctica con brío ofensivo.

Con 22 puntos en 10 partidos, se encuentran a sólo dos de los líderes, habiendo marcado 25 goles y recibido 12.

Su fútbol ha sido eficiente y expresivo, un sello distintivo del enfoque disciplinado pero audaz del Avcı.

En el centro de este resurgimiento está Paul Onuachu, el delantero nigeriano que se ha abierto camino hasta la carrera por la Bota de Oro con nueve goles en 10 partidos.

Su combinación de fuerza, sincronización e instinto le ha dado a Trabzon una ventaja en la transición.

Edin Visca continúa sirviendo como el eje creativo del equipo, sus centros y pases directos constantemente abren defensas.

La reconstrucción del mediocampo del Avcı ha contado con Christ Inao Oulai, cuya compostura en espacios reducidos y capacidad para dictar el ritmo han aportado calma a la estructura de Trabzon.

Su asociación con Tim Jabol-Folcarelli, cuyo índice de recuperación de balón se encuentra entre los mejores de la liga, le da a Tekke flexibilidad para lanzar contraataques rápidos o ralentizar el juego.

Entre los postes, André Onana se ha convertido en un líder, aunque se enfrenta a la difícil tarea de contener los disparos de Osimhen.



El portero del Trabzonspor Andre Onana (R) y su compañero Paul Onuachu celebran la victoria de su equipo contra el Kayserispor durante la octava semana de la Süper Lig en Papara Park, Trabzon, Türkiye, el 3 de octubre de 2025. (Foto AA)

El sistema táctico de Tekke, un fluido 4-3-3, se nutre de una defensa compacta y de contraataques rápidos.

Trabzonspor lidera la liga en goles de transición (12) y distancia de sprint promedio (113 km por partido), lo que demuestra un equipo construido con un alto ritmo de trabajo y eficiencia.

Sin embargo, persisten vulnerabilidades.

Una sorprendente derrota en casa por 1-0 ante el Kasımpaşa expuso su fragilidad cuando los rivales se estiran mucho.

Y las lesiones amenazan con inclinar la balanza nuevamente: Anthony Nwakaeme sigue fuera por una rotura de tendón y Oleksandr Zubkov está en duda, lo que deja a Avcı sin su amplitud natural en ambos flancos.

Rivalidad forjada a fuego

Pocas rivalidades en el fútbol turco están tan cargadas de emociones como el Galatasaray contra el Trabzonspor.

No se trata simplemente de una competencia de clubes, sino de un choque de identidades: el establishment de Estambul versus el desafío de Anatolia.

Desde 1974, el Galatasaray ha ganado 30 de sus 54 encuentros ligueros, el Trabzonspor 14, con 10 empates y una media de casi tres goles por partido, lo que garantiza el dramatismo cada vez que chocan.

En los últimos años, el péndulo ha oscilado hacia adelante y hacia atrás.

La temporada pasada, Trabzon sorprendió al Galatasaray por 3-1 en RAMS Park, pero los campeones se vengaron con una demolición por 4-1 en Trabzon.

Su último encuentro, un emocionante empate 2-2 en la Copa de Turquía, personificó su rivalidad moderna, llena de goles, mal humor y controversia con el VAR.

En sus últimos cinco duelos, los árbitros han emitido más de 25 tarjetas amarillas, lo que refleja la intensidad y la delgada línea entre la pasión y el caos.

Más allá de los números está el simbolismo.

Para el Trabzonspor, cada choque con un gigante de Estambul tiene un peso cultural: una declaración de independencia del monopolio del fútbol que alguna vez dominó el fútbol turco.

Para Galatasaray, estos partidos son recordatorios de su legado, la expectativa de gobernar y la necesidad constante de demostrar que la corona pertenece a Estambul.

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