El proceso Türkiye libre de terrorismo ha cumplido su primer año. Las discusiones sobre el proceso resurgieron después de que el líder del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), Devlet Bahçeli, estrechara la mano de los diputados del Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM) en el Parlamento en octubre pasado y posteriormente hiciera un llamado al líder del PKK.
En diciembre, el líder de la organización, Abdullah Öcalan, declaró que estaba dispuesto a hacer ese llamamiento. En mayo, hizo un llamado a una “reunión de disolución y desarme” del PKK. Estas declaraciones podrían leerse como preparativos para relanzar el proceso.
El llamado de Öcalan, seguido del anuncio del PKK de que declararía su “disolución”, marcó el primer punto de inflexión crítico. En julio, el PKK celebró una ceremonia para comenzar a quemar sus armas y anunció que el desarme continuaría – un segundo hito.
Tras el inicio del desarme del PKK, el Parlamento creó una comisión para supervisar el proceso. La comisión comenzó a escuchar a funcionarios estatales, partidos políticos y representantes de todos los sectores de la sociedad.
Desde el principio, dos ejes principales configuraron el debate. En primer lugar, el contenido de las declaraciones de la comisión se debatió en la esfera pública, a veces casi se trató como si el proceso dependiera enteramente de sus resultados. Especialmente, algunos actores del PKK y del Partido DEM vincularon el progreso del proceso con los resultados de la comisión, lo que fue un enfoque problemático.
El segundo eje fue la vinculación del proceso Türkiye libre de terrorismo con las YPG/SDF, la rama siria del PKK. Los círculos del PKK y del Partido DEM comenzaron a presentar como problemática la insistencia de Türkiye en la participación de las YPG/SDF en el nuevo marco político de Siria. Criticaron los esfuerzos de Türkiye por garantizar la unidad y la inclusión de Siria. Además, algunas figuras del Partido DEM ignoraron el énfasis inicial en un lenguaje cuidadoso, planteando demandas no relacionadas con el fin del terrorismo y haciendo declaraciones provocativas que agitaron la sensibilidad pública, tanto en el Parlamento como en Diyarbakır. Esta atmósfera alimentó las dudas del público sobre el proceso, deteniendo el impulso inicial de apoyo.
En última instancia, son esenciales tanto la continuación del desarme del PKK sobre el terreno como una recalibración de las posturas de algunos políticos del Partido DEM. Hay que distinguir el terrorismo de la cuestión kurda.
En respuesta al llamamiento de Öcalan, el PKK declaró que se retiraría completamente de Türkiye. Este es un avance importante, una señal de que la “rueda de la bicicleta” efectivamente está girando. Persiste un cauteloso optimismo sobre el futuro.
Para evitar manipulaciones o sabotajes, es fundamental no olvidar el espíritu inicial y las experiencias pasadas. La sensibilidad sobre el lenguaje debe continuar. El éxito también depende de separar claramente el problema del terrorismo de la cuestión kurda, en lugar de permitir que se entrelacen.
Las medidas para poner fin al terrorismo y los acuerdos legales pertinentes no deben confundirse con debates controvertidos sobre la cuestión kurda. Por supuesto, una vez que termine el terrorismo, las reformas democráticas podrán discutirse dentro de la política democrática. Pero hacer de esas reformas una condición previa para poner fin al terrorismo sería un grave error. De manera similar, el intento del Partido DEM de mantener todo el proceso como rehén de las demandas relacionadas con Öcalan es irresponsable. El Partido DEM debería actuar responsablemente para facilitar, no complicar, el proceso.
Al mismo tiempo, el proceso de desarme no debe estar enteramente ligado a las recomendaciones de la comisión. Si bien sus propuestas son importantes, en última instancia la legislación será promulgada por el Parlamento.
El apoyo público es crucial. La sociedad debe ver que el desarme continúa sobre el terreno. El compromiso original de que “no habrá negociación” y la sensibilidad al sentimiento público siguen siendo válidos. Por último, se debe encontrar cuidadosamente el equilibrio entre actuar demasiado apresuradamente y prolongar el proceso.








