harpsundsekan no se incluyó en la propuesta del canon cultural sueco. Bien podría haberlo hecho. Ekan no es un barco de remos cualquiera, sino un ejemplo de lo que el comité canónico llamó “puntos de referencia de gran importancia para la opinión pública sueca contemporánea y su autocomprensión”. En definitiva, parte del patrimonio cultural común sueco.
 
 
