Desde la Plataforma Global de Inversiones en Riad, la voz del presidente sirio Ahmed Al-Sharaa salió con un discurso que contenía rasgos de la política postradicional, definiendo la posición del Reino de Arabia Saudita como la “clave” que vincula la estabilidad, el desarrollo y la industria humana, en una clara indicación de la transformación de Riad de un centro de influencia política a una locomotora económica regional que redefine las escalas de crecimiento en la región.
Al-Sharaa dijo en su discurso ante el foro: “Cuando fuimos al Reino inmediatamente después de asumir la presidencia de la República Siria, sabíamos dónde estaba la clave; la clave para la estabilidad, el desarrollo y el desarrollo humano. “Arabia Saudita es un país que ha logrado estabilidad, prosperidad y un amplio desarrollo, y su experiencia es única en la región”.
Y añadió: “Desde antes de la presidencia, he seguido atentamente los detalles de la Visión 2030 del Reino lanzada por el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman, y vi que no se detiene sólo en las fronteras del Reino, sino que incluye a toda la región. Nosotros en Siria hemos captado esta visión y mensaje”.
La frase del presidente sirio tiene dos connotaciones superpuestas:
El primero es un reconocimiento realista de que el foco de la estabilidad regional se ha vuelto más económico que la seguridad, y que el Reino posee las herramientas de influencia a través de la inversión, las finanzas y la energía.
El segundo es un nuevo posicionamiento económico de Damasco dentro del espacio árabe, que devuelva a Siria a la ecuación del crecimiento a través de la puerta saudí, no sólo mediante la financiación, sino mediante la transferencia del modelo: el modelo de visión, gobernanza y creación de seres humanos productivos.
Desde la perspectiva de la economía política, Saudi Vision 2030 se convirtió en una plataforma intelectual más que un plan nacional, ya que trasladó conceptos de inversión del “sector” al “pueblo” y de los “proyectos importantes” a la “transformación integral”.
Esta es la razón por la que Al-Sharaa no interpretó la visión como objetivos saudíes, sino más bien como una matriz regional que se extendía a lo largo; Energías renovables y conectividad eléctrica, transformación y conocimiento digital, gestión de infraestructuras y ciudades inteligentes, la economía humana empoderada.
Las transformaciones sauditas impusieron un enfoque económico basado en un equilibrio entre crecimiento y soberanía. Cuando Riad habla de asociación, propone integración, no dependencia, y cuando exporta su experiencia, la presenta como un sistema de valores de producción y desarrollo.
Al leer el discurso, Damasco parece estar en proceso de reestructurar su relación con la región a través del eje de desarrollo, no del eje político. Alabar la visión saudí no es un cumplido diplomático, sino más bien una adopción implícita del modelo de gestión de la economía y de las personas, lo que significa que la estabilidad ya no está sólo relacionada con la seguridad, sino también económica y cognitiva.
El discurso de Al-Shara en el Foro de la Iniciativa de Inversión Futura es un anuncio de la adhesión de la economía siria al nuevo camino árabe liderado por el Reino, donde la inversión es un medio de paz, el desarrollo es el lenguaje de la influencia y el ser humano es el capital más preciado en la ecuación futura.
Noticias relacionadas
 
 
