Cuba niega las acusaciones estadounidenses de actividad mercenaria en Ucrania e insiste en que el embargo es una forma de castigo colectivo.
Publicado el 29 de octubre de 2025
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha pedido abrumadoramente el fin del embargo económico estadounidense a Cuba desde hace 33 años, a pesar del cabildeo de Washington que incluyó compartir una acusación de que hasta 5.000 cubanos están luchando junto a las fuerzas rusas en Ucrania.
Adoptó una resolución por 165 votos a favor, siete en contra y 12 abstenciones. A diferencia de años anteriores, Estados Unidos convenció a Argentina, Hungría, Macedonia del Norte, Paraguay y Ucrania para que se unieran a él y a Israel para votar en contra de la resolución.
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El año pasado, la Asamblea General adoptó la resolución con 187 países votando a favor. Estados Unidos e Israel fueron los únicos países que votaron en contra, mientras que Moldavia se abstuvo.
Cuba ha rechazado por infundadas las afirmaciones de Estados Unidos y ha publicado información sobre procesos judiciales contra cubanos por actividad mercenaria en Ucrania. La Cuba comunista se ha puesto abiertamente del lado de su aliado Rusia en el conflicto y al mismo tiempo ha pedido conversaciones de paz.
La votación de la ONU tiene peso político, pero sólo el Congreso de Estados Unidos puede levantar el embargo de la época de la Guerra Fría. La Asamblea General de la ONU, de 193 miembros, ha adoptado la resolución anualmente durante más de tres décadas, excepto en 2020, durante la pandemia de COVID.
“El bloqueo es una política de castigo colectivo”, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, a la asamblea antes de la votación. “Viola de manera flagrante, masiva y sistemática los derechos humanos de los cubanos. No hace distinción entre sectores sociales o actores económicos”.
“Cuba no se rendirá”, afirmó.
Antes de la votación, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, describió el ejercicio anual como un “teatro político” realizado por Cuba para “presentarse como víctima de una agresión mientras se describe claramente como ‘el enemigo de Estados Unidos’”.
“Yo sugeriría que nuestros estados miembros dejen de apaciguar al régimen con sus votos y en su lugar utilicen este voto para enviar un mensaje al mundo”, dijo Waltz durante el debate de la Asamblea General el martes, añadiendo que el voto también podría indicar a Cuba que no “culpe a Estados Unidos de todos sus problemas económicos”.
El embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Jeff Bartos, dijo el miércoles que una votación a favor de “este régimen le da la excusa o busca lavarse las manos de cualquier culpabilidad por su crisis financiera y continuar jugando al juego de las culpas en lugar de implementar reformas significativas”.
“Estados Unidos seguirá promoviendo la rendición de cuentas del régimen comunista y su comportamiento reprensible dentro y fuera de la isla”, dijo a la asamblea después de la votación.
Estados Unidos ha votado sistemáticamente en contra de las resoluciones de la ONU desde 1992, pero se abstuvo por primera vez en 2016 durante el gobierno del expresidente Barack Obama, cuando Washington y La Habana forjaron una relación más estrecha.
Luego, Washington volvió a oponerse a la resolución durante la primera administración del presidente Donald Trump. Trump también revocó casi todas las medidas tomadas por Obama para aliviar el embargo y mejorar los vínculos entre Estados Unidos y su viejo enemigo de la Guerra Fría.
Estados Unidos siguió votando no bajo la administración del sucesor de Trump, el presidente Joe Biden.








