“Yo sabía que a los 18 tenía que irme de casa”, dice el estudiante que se apresta a entrar a una cursada en la zona del Bosque. Pueden ser 500, 1.000, 1.500 ó 2.000 kilómetros los que deben recorrer miles de jóvenes para continuar con sus estudios por no tener universidades cerca. No es sólo una realidad de chicos y chicas de otras provincias. También es propia en la Provincia. El Gran Buenos Aires, con la capital federal y La Plata como estandartes, sigue atrayendo una buena parte de los 135 municipios que dependen de otros ante la demanda.
En las ciudades más grandes hay universidades. Bien al sudoeste en Bahía Blanca, en la otra punta sobre Mar del Plata, en el centro con Azul, Olavarría y Dolores. Luego, hay que viajar hacia el norte para encontrar aulas: Junín, Pergamino, Baradero y Campana. Son uno 300 kilómetros entre estos dos puntos de norte a sur (de Olavarría a Junín), mientras que de este a oeste unos 564 km sin institución superior alguna (Trenque Lauquen a Dolores).
Además, hay unos 300 kilómetros de distancia entre instituciones de Bahía Blanca y la oferta formativa en Carmen de Patagones, el punto final de Buenos Aires.
En el centro bonaerense hay una especie de cuadrilátero de las Bermudas, con localidades en el medio como 9 de Julio, Chivilcoy, Saladillo, Bolívar, Las Flores, General Belgrano, Rauch, Chascomús, Daireaux o Henderson, entre otras. No hay universidad o dependen de centros regionales que dictan algunas carreras.
Los datos aparecen en un mapa que realizó en la Defensoría del Pueblo de la Provincia, el equipo del defensor adjunto Luis María Ferella. El funcionario concluye que indica “inequidad” en la distribución de la oferta: “Es tiempo de que este tema forme parte de la agenda pública: la distribución de la oferta universitaria debe ser revisada y rediseñada con planificación, para que acompañe el crecimiento poblacional, las necesidades productivas de cada región y el derecho de los jóvenes bonaerenses a estudiar en igualdad de condiciones”, afirma.
“Que se actualice el alquiler cada 4 meses, que suba el micro y las compras diarias hacen que no sea tan fácil”
Enzo
Estudiante de la UNLP
Mudarse requiere alquilar, depender de los aportes familiares, buscar trabajo y formar amistades.
“Hoy, el panorama es más difícil. Si bien en algunos lados hay posibilidades de cursar online, hay menos estudiantes que en otros tiempos de ciudades lejanas u otras provincias. Tiene que ver con la economía, con cursos remotos y también están quienes dejan por un rato, trabajan y al año o dos vuelven a cursar”, cuenta un docente de Periodismo.
“Cuando llegamos buscamos pensiones, o hay padres que hacen un poco más de esfuerzo para poder estar en un departamento solos o con algún amigo o amiga. Que se actualice el alquiler cada 4 meses, que suba el micro y las compras diarias hacen que no sea tan fácil”, explicó Enzo, que llegó desde Bragado a La Plata. La banda de precios del alquiler puede oscilar entre los 200 mil y los 500 mil pesos para departamentos monoambientes o a compartir.
El sistema universitario tiene 2,8 millones estudiantes (unos 500 mil en privadas), 759 mil nuevos inscriptos por año (23% cambia de carrera al año o deja) y 160 mil egresan en los niveles de pregrado, grado y posgrado.
Solo en la UNLP son más de 100 mil alumnos y para este año se inscribieron 36 mil. Se estima que un tercio son de otros puntos del país y la mitad de ese segmento llegan de otros pueblos y ciudades de la Provincia.
La Universidad Tecnológica Nacional tiene unos 3.500 y alrededor de 1.000 anotados. Hay privadas, como la UDE, UCALP, Siglo 21, entre otras, pero no había registros a la vista.
En todo el país hay 142 instituciones universitarias (61 universidades nacionales y 53 privadas): de ese total, provincia de Buenos Aires cuenta con 24 estatales y 21 privadas. Hay 220 mil personas trabajando para 315.573 cargos (148 mil son docentes, 56 mil nodocentes, 4.400 autoridades y 12 mil preuniversitarios).
Todo el mundo universitario reúne a una novena parte del país y hoy el 24% de la población tiene algún estudio tras terminar el secundario.
Entre las ofertas pregrado, grado y posgrado suman 7.361 las carreras en universidades públicas y solo 374 son a distancia. En las privadas, de 3.427 carreras, 561 pueden cursarse online. Se duplicaron los estudiantes exclusivamente a distancia (poco más de 260 mil).
“Es una modalidad distinta pero ayuda en gastos, se forman grupos, a veces nos reunimos si vivimos cerca y es el mismo material de trabajo. También es lo dejó firme la pandemia y es una forma de cubrir la falta de universidades en algunos lados”, comentó Nadia, que estudia a distancia desde Bolívar.
El 33% de los ingresantes del país tiene menos de 20 años. A nivel general, el 14,5% de los jóvenes de entre 18 y 24 años se inscribe en una universidad.
La cantidad de ingresantes pasó de 423 mil en 2012 a 713 mil en 2023. Unos 640 mil optaron por lo tradicional, la cursada presencial.
La tasa de egreso en tiempo teórico sigue siendo baja: el 23% logra completar sus estudios en los plazos previstos, con mejores resultados en mujeres que en varones.
El número absoluto de egresados también refleja una situación compleja: hay 20 mil graduados más que en 2012, pero cayeron de 145 mil en 2022 a 139 mil en 2023.