Después de semanas de angustia y una intensa exposición mediática, la modelo cordobesa Jimena Buttigliengo finalmente logró reencontrarse con sus hijos mellizos de siete años en París. Este esperado abrazo familiar fue compartido por la propia afectada en sus redes sociales, marcando un momento de alivio en medio de un complejo conflicto judicial con su exmarido, Willy Rizzo.

El conflicto estalló cuando la modelo cordobesa, radicada en Ibiza, hizo público su dolor a través de Instagram. Jimena denunció que sus hijos, Willy Andrea y Lynda Rose, quienes se encontraban de vacaciones en la capital francesa, estaban “secuestrados en París por su padre y la familia”, impidiéndole el contacto y el regreso a Ibiza para iniciar el ciclo escolar. “No me dejan hablarles y le cambiaron el look”, escribió Buttigliengo, desatando un debate sobre la disputa por la custodia.

La situación se tornó más alarmante cuando Jimena recibió un correo electrónico de Rizzo, el decorador y desarrollador inmobiliario ítalo-francés, donde le indicaba que la comunicación con los niños sería únicamente por vía legal.

El empresario le dijo: “De ahora en adelante, si querés hablar con los niños, será en la comisaría de la policía del 8º distrito. Me niego a contestar tus mensajes insultantes directamente, tus amenazas por email y tus publicaciones en Instagram. No hay ninguna posibilidad de que veas a los niños de otra manera. Todas las autoridades serán advertidas de que ya no tienes derecho de venir a verlos”.

Jimena reaccionó a este mensaje con indignación, replicando en un posteo: “¿Ahora tengo que ver a mis hijos a través de la policía? Yo soy su madre, necesitamos abrazarnos y besarnos. Secuestrás a los chicos, los ocultás y ahora que voy a visitarlos, ¿me decís esto?”.

Acusaciones cruzadas y la intervención judicial

En el programa Intrusos (América TV), Buttigliengo expresó su desesperación: “Lo único que quiero es volver a sentir a mis hijos”. Relató que el viaje temporal de los niños a París terminó extendiéndose indefinidamente, y acusó a su exmarido de reunir “pruebas de sus mentiras, que es la excusa que pondrá para quedarse con los chicos, que fueron de vacaciones y nunca más volvieron”. Además, defendió su integridad ante las acusaciones de Rizzo, afirmando: “No tengo nada que esconder. En Argentina me conocen todos”.

Por su parte, Rizzo había argumentado ante la prensa que su expareja tenía problemas de salud y atravesaba una situación de inestabilidad emocional vinculada a su vida en Ibiza. La acusó de consumir drogas y de no contar con recursos económicos para criar a los niños.

Buttigliengo respondió contundentemente: “Soy una persona de bien. Mis hijos tienen que volver a casa, que diga lo que quiera, que lo compruebe. Sé lo que hago y lo que no”. Explicó que, viviendo en Europa, ella se ocupaba del día a día de los chicos mientras él trabajaba y sostenía la economía familiar.

Fuentes cercanas al padre también indicaron que Rizzo teme que Buttigliengo pueda llevarse a los menores a la Argentina sin aviso, y que ella lo habría amenazado con no regresar a Europa.

El caso tomó notoriedad con la presentación de documentos judiciales por parte del entorno de Rizzo, que incluían una sentencia de marzo de 2024. Según la resolución de la magistrada Caroline Branly-Coustillas, la residencia habitual de los niños quedó fijada en el domicilio del padre, en París, mientras que Buttigliengo mantenía derecho de visita y comunicación bajo condiciones de mutuo acuerdo y notificaciones previas.

La justicia francesa, además, fue clara al establecer que la autoridad parental corresponde a ambos padres, quienes deben garantizar la protección, seguridad y el derecho al vínculo de los menores.

La panelista Karina Ivícoli aportó detalles exclusivos sobre el acuerdo previo, señalando que la modelo residía en Ibiza con los hijos, mientras el padre permanecía en Francia. Tras la separación, formalizada hace un año y medio, la modalidad acordada era de custodia compartida, con acuerdos firmados en España. Sin embargo, Buttigliengo denunció que Rizzo decidió unilateralmente no devolver a los niños tras una visita, lo que desató el conflicto actual.

La reconexión en París

El esperado reencuentro se concretó en las últimas horas y fue documentado por la modelo en sus redes sociales. Buttigliengo publicó fotos abrazando a uno de sus mellizos, compartiendo una escena tranquila junto a su hija y un beso de ambos niños bajo el título “Reconexión”. Las imágenes reflejan la emoción y el alivio de la madre tras semanas de incertidumbre.

Según fuentes cercanas al padre, el encuentro se realizó en la vivienda de Rizzo, ubicada sobre la avenida Montaigne en París, y contó con la presencia de un agente de seguridad.

Este reencuentro es un símbolo de un alivio momentáneo en medio de una batalla familiar que, como el caso continúa sumando capítulos, aún no encuentra un cierre definitivo.

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