“Desde el primer momento dijimos que era una puesta en escena, y no nos equivocamos. Dialogar no está en la lógica de este Presidente”, resumió ayer una fuente del Centro Cívico, al referirse a la falta de convocatoria del Gobierno nacional, a tres días de que el presidente Javier Milei prometiera establecer una mesa “federal de diálogo” con los gobernadores.

La confirmación de que el Presidente vetará la nueva ley de reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) fue otro golpe de realidad para los mandatarios provinciales. A pesar de que desde la Casa Rosada se intentó enviar una señal de acercamiento, designando al tucumano Lisandro Catalán como nuevo ministro del Interior, el gesto no parece suficiente.

“Si querían dar una señal de diálogo, el veto a la ley de los ATN va absolutamente en sentido contrario. Pobre Catalán, le dieron un cargo de ministro… pero con una granada en la mano”, ironizó una fuente llaryorista.

Mientras tanto, el gobernador Martín Llaryora parece mantenerse al margen del ruido político nacional, concentrado en su gestión provincial, que es la columna vertebral de la campaña del oficialismo provincial, pensando en las elecciones del 26 de octubre.

Además, junto a sus colegas de “Provincias Unidas”, Llaryora prepara un acto para mañana en Río Cuarto, que promete ser una respuesta política directa a la inflexibilidad del gobierno libertario.

Desde su entorno insisten que el gobernador apuesta por un “diálogo franco”, con condiciones claras. Aunque es pesimista sobre la intención de la gestión libertaria.

Llaryora mantiene un contacto permanente con los otros gobernadores que integran el nuevo espacio: Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Gustavo Valdés (Corrientes). También participa el exgobernador Juan Schiaretti, quien encabeza la lista de candidatos de ese espacio en Córdoba.

Más que esperar una convocatoria desde la Casa Rosada, estos dirigentes provinciales siguen buscando acordar con otros gobernadores para ampliar Provincias Unidas. El objetivo inmediato de Llaryora, Schiaretti y Pullaro, principales impulsores del espacio, es alcanzar el respaldo de al menos 10 provincias antes de las elecciones legislativas del 26 de octubre.

Aunque las listas y candidaturas ya están oficializadas, la estrategia apunta a consolidar una fuerza parlamentaria con peso propio en el Congreso.

Schiaretti, por su parte, se mueve como un dirigente nacional, más que como un candidato a diputado. Ayer recibió en Córdoba a referentes peronistas y radicales de La Rioja, San Juan, Mendoza, Catamarca, San Luis y Chaco. Todos serán candidatos a legisladores nacionales por Provincias Unidas u otros sellos aliados, pero comparten el objetivo común de fortalecer esta nueva coalición.

Exigencias concretas

Más allá de algún eventual contacto con el flamante ministro del Interior, los gobernadores ya definieron una agenda de exigencias concretas. Además del nuevo reparto de los ATN -proponen un 58,2% para las provincias y un 42,8% para la Nación-, reclamarán la coparticipación del Impuesto a los Combustibles, la restitución del Fondo de Incentivo Docente, subsidios al transporte y el financiamiento de las cajas previsionales no transferidas.

En privado, los mandatarios admiten que es poco probable que el Gobierno acceda a estos cinco puntos, sobre todo después de que el presidente Milei reiterara que el “déficit cero es irrenunciable”.

En este contexto, la próxima presentación del proyecto de presupuesto nacional —anunciada por el Presidente para el lunes en cadena nacional— se perfila como una oportunidad para plantear una discusión más amplia entre Nación y provincias. No obstante, los gobernadores del espacio Provincias Unidas no se hacen demasiadas ilusiones.

“Si el Gobierno mantiene los recortes que ya aplicó a las provincias, no veo muchas posibilidades de que se pueda consensuar un presupuesto”, advirtieron desde el entorno del gobernador Llaryora.

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