La presidencia de Madagascar anunció que estaba en marcha un intento de tomar el poder ilegalmente después de que personal militar se uniera a las protestas juveniles que comenzaron a finales de septiembre.

La unidad “Capsat” de las fuerzas de élite se declaró a cargo de las operaciones de seguridad y nombró al general Demóstenes Pecholas comandante del ejército, mientras que las fuerzas de la gendarmería confirmaron su negativa a utilizar la fuerza contra los manifestantes.

En la capital se produjeron disparos cerca del cuartel de Kabasat, que provocaron 3 víctimas.

El presidente Andry Rajoelina llamó al diálogo y subrayó que el gobierno seguirá cumpliendo con sus funciones.

Las protestas pasaron de demandas de servicios a llamados a la renuncia del presidente, con una amplia participación de ciudadanos y varias figuras políticas y religiosas.

El presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, anunció hoy (domingo) un “intento ilegal y coercitivo de tomar el poder” en el país africano sin aportar pruebas concretas, un día después de que los soldados se unieran a un movimiento de protesta que comenzó el 25 de septiembre, mientras que el Cuerpo de Mando de Personal del Ejército de Madagascar, que se puso del lado de los manifestantes, anunció que se había nombrado mando supremo de las fuerzas armadas del país, según informa el periódico “Midi Madagascar”.

La Agence France-Presse confirmó que “las fuerzas rebeldes del país anunciaron su control sobre todas las unidades armadas”.

Según un comunicado del Cuerpo de Mando de Personal del Ejército de Madagascar (CAPSAT), “Todas las instrucciones a las fuerzas armadas, ya sean terrestres, aéreas o marítimas, se darán desde su campamento. Al hacerlo, CABSAT se declara la nueva fuente de liderazgo militar”.

CABSAT se había opuesto anteriormente a las órdenes de disparar contra los manifestantes y pidió a otras agencias de seguridad del país que las siguieran.

Grupos de soldados del ejército de Madagascar, siguiendo el llamado “Capsat”, se unieron a miles de manifestantes en la capital.

La presidencia de Madagascar anunció que había seguido un intento de tomar el poder “ilegalmente y por la fuerza”, expresando su condena y ofreciendo sus condolencias a sus víctimas.

Las protestas estallaron inicialmente el 22 de septiembre, con la participación de miles de jóvenes, en protesta por los graves cortes de electricidad y agua, antes de convertirse en demandas de destitución del gobierno y salida del presidente.

El 29 de septiembre, el presidente Rajoelina anunció la disolución del gobierno en un intento de absorber la ira, pero los manifestantes consideraron que el paso era insuficiente y posteriormente anunciaron la formación del “Comité de Coordinación de Lucha” (KMT), que incluye representantes de la “Generación Z”, la sociedad civil y asesores municipales, con el objetivo de organizar la fase final de las manifestaciones.

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