Gustavo reconoció que desde la escuela hubo un “reconocimiento a medias” de errores y cuestionó la falta de acompañamiento institucional. “Todos tenemos responsabilidades: a veces los padres, por trabajar tanto, descuidamos un poco a los chicos. Pero la escuela también falló. Pido al gobernador que nos dé una mano, que se tomen medidas con los padres de los agresores. Esto no es solo por mi nieta, es por todos los chicos de Tucumán”.