“Las únicas especiales acá son las pizzas”. La arenga de Felicitas Pizarro vivir uno Unidos por la cocinael flamante envío de El Gourmet en proyectos gastronómicos inclusivos protagonizado por personas con discapacidad. Para la conductora, el programa la obligó a salir de su zona -y cocina- de comfort. “Esta fue una experiencia muy diferente y muy rica”, le dice a Página/12 una de las figuras más reconocidas del canal que está cumpliendo 25 años. Los capítulos pueden verse los martes a las 19.30 por la señal de la TV paga.
Cada uno de los episodios de Unidos por la cocina le da lugar a proyectos como Café Positivo, Fundación Nosotros y el Taller San Francisco de Asísjunto con las historias de vida de quienes trabajan en esos emprendimientos. En el piloto mandó la emoción cuando Perla Azucena Martínez -presidenta de Peldaños- explicó el nacimiento de su Asociación Civil. “Señoyo no quiero jugar más a trabajar. Yo quiero trabajar de verdad”, cuenta que le exigió uno de sus talleristas. En ese capítulo, se amasaron pastas y hasta hubo lugar para conocer una sentida historia de amor. Ya habrá lugar para conocer sobre otros proyectos de panadería, preparación de viandas, wraps, hechos por personas con síndrome de Down, esquizofrenia o retraso madurativo.
La producción (encabezada por Juan Pablo Biscayart) contó con el apoyo de una psicopedagoga para que primaran los tiempos y la necesidades de quienes cocinan en pantalla. Un detalle: el mensaje inclusivo no desentona con el formato que prima en la señal. “Eso me gusta mucho. De golpe nos ponemos en eje y es receta. El Gourmet es eso. Para mí eso se termina valorando, lo que importa es la receta, el paso a paso, la materia prima. Después suma el cocinero. Lo que termina de destacar es el plato, acá el plus es que contamos una historia diferente”, repasa Pizarro.
A su conductora le llamó la atención que en cuanto empezaron a circular las primeras imágenes del programa, comenzó a recibir una gran cantidad de mensajes de otras fundaciones que podrían sumarse en una segunda temporada. Unidos por la cocinaen consonancia con Alamesa –el documental de Juan José Campanella sobre el primer restaurante en el que cocinan y es atendido por jóvenes neurodiversos- no solo le da más visibilidad a este sector de la población. A su vez, fortalece la nueva línea editorial en la que El Gourmet sale a la calle con historias y recetas reales como en Asado de obra, Maestros del pan Y La cocina de los clubes. Justo en una época en que la discapacidad está en la agenda mediática y política por motivos más insensibles y dolientes, el programa conecta desde un lugar tan simple como poderoso. “Detrás de cada plato hay una mirada única del mundo. Hoy cocinan personas que perciben y sienten distinto. Y con cada paso no enseñan que la cocina es una forma de entendernos mejor”, dice Pizarro en uno de los envíos que clama por oportunidades.
-La palabra “distinto” aparece varias veces en el programa. ¿Cómo fue encarar un proyecto de este tipo sin perder el estilo por el que te reconocen?
-A los chefs que estamos en un estudio de televisión les puede dar nervios la cámara -a mí, particularmente, nunca me pasó-, pero te sentís seguro cuando hablás de una receta, o cocinás una carne y te sale como te gusta y se ve linda. La distancia entre la mesada y la cámara te da comodidad, más cuando el que cocina es otro. Y ni hablar si lo hacés con personas con discapacidad. Fue una experiencia increíble donde te ponés en un segundo lugar. Escuchás y aprendés.
-¿Qué te sorprendió de estos proyectos y de sus trabajadores?
-La dedicación con la que lo hacen. No hay nada atado con alambre, como “para que los chicos puedan tener un trabajo”. Hay mucho profesionalismo y responsabilidad de parte de quienes encararon estas iniciativas. Son muchos años sosteniendo estos proyectos y no tienen tanta exposición. Vi cosas muy ordenadas y también me sirvió para romper mis propios prejuicios. No fue que decía, “a ver este budincito”. No, hacen cosas espectaculares. Están impolutos con sus gorros y delantales. Son jóvenes profesionales que están trabajando.
-¿Cómo fue la selección de los lugares?
-Tocamos distintos rubros para mostrar cosas variadas: panadería, pastas, hay una empresa de catering y eventos… Dimos un pantallazo grande. Es gente que ama cocinar, tienen distintas discapacidades dentro de una misma cocina. En un capítulo vemos como idearon un sistema de peso para identificar los números de una balanza. A mí eso me fascinó y en ese lugar era algo de todos los días. En general, en la cocina manda la urgencia y acá laburan con otros tiempos. Terminaba maravillada por el respeto y la paciencia. Creo que el programa te inspira de muchas maneras.
-¿Qué sabor tiene Unidos por la cocina?
-Creo que no se había mostrado algo así. Se visibiliza la diversidad y la inclusión en la cocina. El eslogan del canal es “la cocina nos une”, y este programa se llama como se llama por un motivo. Es una realidad que, para muchos, nos pasa al lado, no está alejada o no la vemos, y sí…está ahí. Muchos familiares de gente con discapacidad me escribió desde antes que saliera el primer programa, ven en estas historias un reflejo de sus hijos y sobrinos. Es mostrar oportunidades, trabajos y todo lo que pueden hacer. Es gente con una discapacidad y mil capacidades.