Camila Orsi escribe con la sensibilidad de una generación atravesada por la dificultad de pausar frente al bombardeo constante de información y ruido digital. Oriunda de Pinamar y reconocida por ser la primera embajadora argentina de Calvin Klein, mostró al mundo su vínculo con la poesía en su primer libro, “Donde no hago pie”, lanzado en 2023 y ya agotado.
En su segundo libro, “Lo único que se ve desde la orilla”, encuentra un nuevo equilibrio entre la introspección, la observación del mundo y la catarsis autobiográfica, que, con su voz poética, invita a detenerse, contemplar y conectar con lo que duele, transforma y, aun con miedo, se dice.
“En mi propio silencio me voy respondiendo las preguntas que me hago a mí misma”, declara la modelo internacional en esta entrevista con El Planeta Urbanodonde reconoce que escribir le permite conectar con lo esencial y recorrer sus sentimientos.
–Con tu primer libro te lanzaste por completo a la poesía. ¿Cuál fue el camino emocional que te llevó a escribir el segundo?
–Una vez que uno descubre el poder que tiene la escritura, tanto para quien lee como para quien escribe, no hay vuelta atrás, porque cuando abrís esa puerta entendés la fuerza que tienen las letras. Creo que elegir ese camino es un poco también una filosofía de vida. Es un sendero en el que me adentré y que siento que me va a acompañar para siempre.
–¿En qué sentís que se diferencia este segundo libro del primero?
–En mi primer libro, “Donde no hago pie”, se hace referencia a salir del mar, a ir hacia donde no hago pie y aun así sentirme a salvo. En este segundo libro ya estoy en mi orilla, donde veo todo mi recorrido, pero el título surge de un texto que dice: “Es que yo estoy dentro de mi propio mar sosteniendo un barco a flote, pero como es lo único que se ve desde la orilla, la gente lo sigue llamando suerte”. Hace referencia a que la gente ve este libro terminado o mi carrera armada, pero en realidad soy yo quien sostiene ese barco. No fue suerte: cada uno mantiene su barco a flote con mucho esfuerzo. Lo que se ve desde la orilla son los logros, lo construido, pero debajo estoy yo sosteniéndolo.
–En ambos libros los títulos hacen referencia al mar. ¿Que significa para vos?
–El mar para mí tiene un significado enorme, no solo porque nací en Pinamar, sino también porque fue mi compañero cuando necesitaba preguntarme y responderme sola. Me hacía reflexionar mucho más. Creo que todos mis poemas nacen primero ahí y después los puedo plasmar en mis hojas. Para mí, el mar es muy simbólico y especial.

–En un mundo tan ruidoso, por la tecnología y los cambios en la forma de vida, tu poesía parece encontrar fuerza. ¿Cómo describirías tu relación con el silencio y la quietud?
–Mi relación con el silencio es muy buena, porque desde chica soy muy independiente. Cuando uno escribe se cuestiona, se pregunta y se responde a sí mismo. En cambio, no me llevo tan bien con la quietud; ahí es cuando se complica un poco a la hora de sentarme a escribir, pausar lo social y lo laboral. Pero me enfrento con la fuerza y el deseo de escribir, así que siempre termina ganando la pasión.
–Tu escritura refleja el clima emocional de una generación. ¿Qué sentís que estamos atravesando colectivamente hoy?
–Siento que estamos en un momento en el que las cosas se nos pueden ir completamente de las manos. Todo es fugaz, volátil. Creo que tenemos que tener la fuerza de no irnos con el viento, de decir: “Yo sé frenar”, y sostener vínculos, charlas reales, tomarnos un tiempo para leer, volver a cosas del pasado que nos recuerdan la esencia. Me parece superimportante eso para no dejarnos llevar, porque realmente todo está avanzando demasiado rápido y a mí me da un poco de nostalgia. Por eso estoy muy agradecida con mis lectores: por tomarse un tiempo de la vorágine para frenar, regalarse un momento con ellos mismos y leerme. Sé que hoy es todo demasiado veloz.

–En muchos de tus poemas usás recursos visuales, como jugar con la disposición de ciertas palabras en la página. ¿Qué buscaste reflejar con eso?
–Busqué representar el tiempo, el espacio y los silencios. Hay mucho silencio en mis textos porque, a diferencia de quienes necesitan compañía, ruido o movimiento, yo en mi silencio encuentro respuesta, verdad y tranquilidad. Entonces, lo que hago en el libro es plantear una reflexión y, unos centímetros más abajo, responderme a mí misma, reflejando esa autorrespuesta en la soledad. Otro ejemplo es cuando escribí “Cercademi”, porque quería que esa poesía diera la sensación de abrazo a mí misma. A algunas personas les gusta más o menos ese recurso, pero para mí es importante. Además, vivo y trabajo en un mundo audiovisual, donde nos comunicamos con imágenes, así que me pareció lindo juntar mis dos mundos y que el lector armara ese universo.
–Trabajás como modelo y fuiste parte de campañas de Calvin Klein, Dior Beauty, YSL, Guerlain, Nike, Levi’s y Diesel, entre otros. ¿Cómo describís tu vínculo con la moda?
–El vínculo fue cambiando, porque empecé a trabajar desde muy chica. Por inexperiencia, creía que tenía que encajar y me forzaba a ser parte de eso. Ahora pienso todo lo contrario: la moda nos abraza a todos y es una manera de expresar lo que ya somos. Algunos piensan que es superficial o cerrada, pero era un error mío creer eso. La moda es una manera de expresar lo que uno siente, y todos podemos ser parte si queremos.
–Tus universos se unieron en tu última campaña con Ver. ¿Cómo fue el proceso de crear una colección donde dialogan tu último libro y las prendas de la marca?
–Cuando recibí la propuesta fue un honor enorme, porque es una marca superhistórica con un grupo de mujeres detrás espectacular. El objetivo fue crear una cápsula en conjunto y encontramos un balance al elegir prendas y diseños de la marca que yo usaría en mi día a día, que mis amigos o mi mamá también podrían usar, e intervenirlos con mis poesías. Elegimos poemas vinculados al amor, al amor propio y a mi conexión con el mar, que es mi esencia.

–¿Cómo conviven en vos el modelaje y la escritura?
–Saco a la luz distintas partes de mi personalidad según lo que tenga que hacer. Cuando escribo estoy mucho más permeable, abierta a todo, atenta a cada sentimiento. Cuando modelo, estoy en un ambiente laboral, con gente, y hay que saber trabajar en equipo. Es distinto. Creo que soy una persona distinta para cada cosa, pero es hermoso cuando se juntan, como en esta cápsula, o cuando una marca me contrata para dar mi impronta poética y comunicar desde un lugar sensible. Últimamente, mis dos mundos se han mezclado y eso es hermoso. Pero también sé dividir y reconocer la actitud y la fuerza que requiere cada uno.
–Con una mirada hacia el futuro, ¿imaginás tu obra expandiéndose a otros lenguajes o territorios?
–He escrito toda mi vida sobre mí y ahora tengo ganas de escribir ficción sobre personajes y experiencias que no son mías. Quiero adentrarme en ese mundo y dejar que lo que escribo empiece a mutarya sea en una ficción o en algo audiovisual. La vida tiene tantas cosas hermosas para explorar que quedarnos en un solo lugar sería una tontería. Voy a explorar lo máximo que pueda.