Sin confirmación oficial, casi en secreto, se espera que hoy, o mañana a lo sumo, arribe un avión procedente de Estados Unidos con un grupo de argentinos deportados por la la gestión de Donald Trump.

Tanto el Gobierno nacional como la embajada argentina en Washington no tienen pensado emitir comentarios al respecto para que no parezca una crítica a la política inmigratoria de la administración republicana, que en los últimos meses ha deportado a varios inmigrantes ilegales.

Lo que se sabe hasta el momento es que serían unos 16 argentinos acusados de violar la ley federal de Estados Unidos a través de delitos migratorios, robos y violaciones, y que llegarán al país en un avión de la empresa Omni Air International contratado por el gobierno estadounidense que hará una primera parada en Bogotá (Colombia), seguirá viaje a Belo Horizonte (Brasil) y finalizará en Ezeiza.

Ahora, también en el más estricto hermetismo, se dice que en rigor ya unos 300 argentinos llegaron al país deportados procedentes de Estados Unidos desde que Trump endureció las políticas inmigratorias que han provocado imágenes dramáticas, como niños separados en la vía pública de sus padres.

La afinidad que existe entre ambos presidentes sería el principal motivo por el que no se espera que Javier Milei cuestione la controvertida iniciativa de Washington en momentos en que se negocia la posibilidad que los argentinos puedan viajar a Estados Unidos sin necesidad de visa, como supo ser años atrás.

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