El Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudita está a punto de dar otro paso importante en su adquisición del deporte, pero esta vez en el mundo virtual. El PIF, un brazo de la familia real saudí, ha unido fuerzas con el yerno del presidente estadounidense Donald Trump, Jared Kushner, y la firma de inversión estadounidense Silver Lake para comprar la empresa de videojuegos Electronic Arts (EA) por 55.000 millones de dólares (47.000 millones de euros), sujeto a la aprobación final.
Esto la convertirá en la mayor compra financiada por capital privado de la historia y una cantidad significativa del precio de compra se compone de dinero prestado. Anteriormente, el PIF poseía alrededor del 10% de EA. EA crea una gran cantidad de juegos exitosos, con títulos deportivos como EA FC (anteriormente FIFA) y Madden NFL, claves para su éxito comercial.
El tamaño de este acuerdo eclipsa otras inversiones del PIF en deportes, como LIV Golf o la compra del equipo de la Premier League Newcastle United. Al igual que con esas empresas y compras similares de activos culturales, la diversificación económica es un objetivo clave para los sauditas y su proyecto Visión 2030, liderado por el primer ministro Mohammed bin Salman.
Actualmente, el Estado del Golfo depende del petróleo y el gas para obtener aproximadamente la mitad de los ingresos del gobierno, dependiendo de los precios de la energía. Mientras el mundo intenta alejarse lentamente de los combustibles fósiles, la motivación para diversificar la economía es clara, al igual que el impulso hacia los deportes y el entretenimiento, que también ofrecen brillo a la reputación global del país.
Arabia Saudita tiene una estrategia de deportes electrónicos y preocupaciones internas
“PIF está en una posición única en los sectores globales de juegos y deportes electrónicos, construyendo y respaldando ecosistemas que conectan a los fanáticos, desarrolladores y creadores de IP”, dijo Turqi Alnowaiser, vicegobernador y jefe de inversiones internacionales de PIF.
Simon Chadwick, profesor de industria deportiva euroasiática en la Emlyon Business School en Francia, dijo que Arabia Saudita es de hecho uno de “los pocos países en el mundo que tiene una estrategia nacional de deportes electrónicos”, pero dijo que hay otra motivación.
“Hay algo doméstico y social allí también. Arabia Saudita tiene una población de la cual el 70% tiene menos de 35 años. Y esta es una población que nació y se crió con juegos de consola y Super Mario. De hecho, Mohammed bin Salman hablaba de ser un fanático de Super Mario cuando era niño”, dijo a DW.
“Se trata de atender a la población nacional. Y eso es particularmente significativo porque aborda algunas preocupaciones de seguridad. El propio Mohammed bin Salman ha hablado de las décadas que Arabia Saudita ha perdido debido a la radicalización.
“Así que creo que ofrecer no sólo juegos, competiciones y deportes, sino también las oportunidades de empleo que traen es una forma de abordar la radicalización. Hasta cierto punto vinculado a eso está el miedo a levantamientos árabes como los que hemos visto en Marruecos. Esto es algo que la familia real en Arabia Saudita no quiere en absoluto. No quiere que se cuestione su posición. Así que es un poco como pan y circo. Se trata de darle a la gente lo que quiere”.
Las protestas en Marruecos involucran principalmente a jóvenes y están preocupadas por el mal estado de los servicios públicos. Una de las principales frustraciones de los manifestantes es que la nación norteafricana está construyendo estadios en preparación para ser coanfitrión de la Copa Mundial de fútbol masculino de 2030 con España y Portugal, mientras descuida las crisis de salud pública y educación.
Los grandes acontecimientos otorgan legitimidad, pero ¿ocultan la verdad?
La próxima Copa Mundial masculina será en Arabia Saudita en 2034, mientras que la Copa Mundial de eSports se celebró en el país a principios de este año y albergarán los primeros Juegos Olímpicos de eSports junto con el Comité Olímpico Internacional, en 2027.
“Si puedes demostrar al mundo que estás organizando eventos sin problemas, muy atractivos y populares en todo el mundo, que atraen a un gran número de personas, de repente tienes legitimidad en el mundo y eso te da una voz que históricamente tal vez no hayas tenido antes”, añadió Chadwick.
Las acusaciones de lavado de dinero deportivo, utilizando eventos deportivos para “blanquear el pésimo historial de derechos humanos del país”, en palabras de Human Rights Watch, han sido constantes y desestimadas por bin Salman y otros miembros del régimen.
Sin embargo, Joey Shea cree que la última compra se ajusta al patrón de distracción. En el sentido de que comprar un partido, una camiseta de fútbol o una entrada para un evento de golf no parece, a ojos inexpertos, ser compras políticas.
“Estas inversiones se utilizan para desviar la atención de una crisis de derechos humanos”, afirma a DW Shea, investigador de HRW sobre Arabia Saudita.
“Nuestras preocupaciones sobre los derechos humanos están relacionadas con el gobierno saudita y cómo están utilizando sus inversiones como una herramienta de poder blando e influencia en el extranjero.
“Tengo la máxima fe en que el aficionado medio no quiere, por defecto, apoyar a un gobierno brutal y abusivo en el extranjero sólo por el hecho de ser aficionado a un deporte concreto”, añadió.
“La tragedia de las campañas de lavado de deportes es que el amor de los fanáticos promedio por el juego se aprovecha al servicio de estos objetivos abusivos”.
Kushner y Trump fortalecen vínculos sauditas
Bin Salman dijo en 2023 que “si el lavado deportivo va a aumentar mi PIB en un 1%, seguiré haciendo lavado deportivo”.
Y Chadwick señaló que “Arabia Saudita está tratando de comprar influencia, pero simplemente está jugando al juego que todos los demás también están jugando”.
La presencia de Affinity Partners de Kushner como una de las partes del consorcio es otro aspecto de la compra con importantes trasfondos políticos. Kushner, quien anteriormente se desempeñó como asesor principal de Trump, desarrolló estrechas relaciones con bin Salman cuando estuvo en el cargo y las ha cultivado desde entonces.
Mientras tanto, su suegro gana dinero con los saudíes a través de su empresa LIV Golf, con el circuito separatista jugando en sus campos incluso cuando el PGA Tour establecido se retiró tras el asedio del Capitolio por parte de partidarios de Trump el 6 de enero en 2021.
La Organización Trump, que abarca los intereses comerciales del presidente, también firmó esta semana un acuerdo para construir un desarrollo de mil millones de dólares conocido como Trump Plaza en la ciudad saudita de Jeddah, consolidando aún más los lazos entre Arabia Saudita y la administración estadounidense.
Información adicional de Ronit Borpujari
Editado por: Chuck Penfold
