El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, presentó el lunes un plan de 20 puntos con el objetivo de terminar casi dos años de conflicto implacable en Gaza, ganando un amplio apoyo internacional incluso cuando la incertidumbre se asienta sobre si Hamas, el grupo islamista palestino que controla el enclave, aceptará la propuesta.
Trump and Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu presented the plan at a White House press conference, outlining a framework that includes the immediate release of Israeli hostages held by Hamas, the exchange of hundreds of Palestinian prisoners, complete disarmament of Hamas, a staged withdrawal of Israeli forces and the formation of a technocratic, apolitical Palestinian committee to govern Gaza under the oversight of an international “Board of Paz.”
Trump sugirió que el panel podría ser presidido por él mismo, con el ex primer ministro británico Tony Blair entre los posibles miembros, describiéndolo como un organismo de supervisión para la administración y reconstrucción de Gaza.
Netanyahu elogió el plan como un “paso decisivo” para poner fin a la guerra y restaurar la seguridad de Israel, enfatizando que, según sus disposiciones, la infraestructura militar de Hamas sería desmantelada y su autoridad política eliminó. “Estamos recuperando a todos nuestros rehenes”, dijo Netanyahu.
Apoyo árabe y musulmán
Los estados árabes dieron la bienvenida al plan rápidamente.
Bahrein lo llamó “una iniciativa positiva para lograr la seguridad y la paz en el Medio Oriente”, mientras que Kuwait enfatizó que la propuesta tenía como objetivo terminar con el sufrimiento palestino, salvaguardar los derechos inalienables, apoyar la reconstrucción y evitar el desplazamiento, con Jerusalén Oriental como la capital de un posible estado palestino.
El presidente libanés, Joseph Aoun, elogió el potencial del plan para poner fin al derramamiento de sangre civil, mientras que el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo, Jasem Mohamed Albudaiwi, destacó su enfoque humanitario.
Los ministros extranjeros de Qatar, Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Türkiye, Indonesia y Pakistán emitieron una declaración conjunta afirmando la preparación para involucrarse de manera constructiva con los Estados Unidos para implementar el plan.
Peso europeo
Los líderes europeos expresaron un respaldo similar.
El presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió a todos los partidos que aprovechen la oportunidad, enfatizando que una solución de dos estados sigue siendo el “solo camino viable” para la paz duradera.
El presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro británico Keir Starmer, el canciller alemán Friedrich Merz, el presidente finlandés Alexander Stubb y los funcionarios de Italia, España, Bélgica y Suiza expresaron su apoyo, enfatizando el alivio humanitario, la liberación de rehenes y la reconstrucción como prioridades clave.
Kaja Kallas, el jefe de política exterior de la UE, describió la iniciativa de Trump como ofreciendo “la mejor oportunidad inmediata” de poner fin al conflicto.
Asia y Oceanía
Asia y Oceanía también respaldaron el plan.
China pidió un alto el fuego integral, la liberación de detenidos y negociaciones inmediatas para aliviar las tensiones, mientras que Australia enfatizó la autodeterminación palestina y alentó a todas las partes a participar en serio.
Azerbaiyán y Kazajstán destacaron el plan como una “oportunidad única” para estabilizar la región a través del diálogo, la confianza mutua y el respeto por el derecho internacional.
La Autoridad Palestina (PA), que gobierna partes de Cisjordania, elogió la iniciativa como un paso potencial hacia una solución de dos estados.
Reafirmó compromisos con reformas políticas, incluidas las elecciones y los pagos finales a familias de prisioneros y atacantes fallecidos: las reformas que Israel ha exigido durante mucho tiempo.
Según el plan de Trump, la AP finalmente podría asumir la gobernanza de Gaza después de una “transformación radical”, supervisada por la Junta Internacional de Paz.
Escepticismo de Hamas
Sin embargo, el escepticismo persiste.
Hamas no ha participado en negociaciones y expresó dudas sobre el plan, y los funcionarios lo describen como “completamente sesgado a Israel” e imponiendo “condiciones imposibles” diseñadas para eliminar al grupo.
Los mediadores de Qatar y Egipto compartieron el plan de 20 puntos con los negociadores de Hamas el lunes por la noche, que se comprometieron a revisarlo con “buena fe”.
Trump advirtió que si Hamas rechaza el plan, Israel tendría “pleno apoyo” de los Estados Unidos para cualquier acción militar considerada necesaria.
Costo humano en el suelo
En el suelo, Gaza continúa sufriendo.
Las fuerzas israelíes han empujado más profundamente a la ciudad de Gaza, atacando a los vecindarios residenciales, desplazando a las familias y matando al menos a 11 civiles en ataques recientes.
Más de 66,000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han muerto desde octubre de 2023.
Los civiles siguen siendo inciertos si la propuesta negociada en Estados Unidos puede poner fin a la ocupación o asegurar una autonomía significativa.
Salah Abu Amr, de 60 años, padre de seis años en la ciudad de Gaza, le dijo a Reuters: “Queremos que termine la guerra, pero queremos que el ejército de ocupación que matara a decenas de miles para dejarnos en paz … ni se puede confiar en Trump ni Netanyahu”.

Las disposiciones clave del plan incluyen un alto el fuego inmediato, una ventana de 72 horas para que Hamas libere a todos los rehenes y una retirada israelí escenificada que solo continuará a medida que se desplegen las fuerzas de seguridad internacionales.
Israel mantendría un vago “perímetro de seguridad”, mientras que Hamas no tendría ningún papel en el gobierno de Gaza.
Su infraestructura sería desmantelada, con los miembros ofrecidos amnistía o pasaje seguro fuera del territorio.
La ayuda humanitaria sería administrada por cuerpos internacionales neutrales como la ONU y la media luna roja.
El plan también especifica el eventual establecimiento de un camino hacia la estadidad palestina, dependiendo de las reformas de PA y la reurbanización de Gaza, pero deja el territorio bajo supervisión internacional en el futuro previsible.
Netanyahu y los miembros de su coalición de derecha han expresado escepticismo, advirtiendo que cualquier participación futura de Pensilvania o reconocimiento de un estado palestino es inaceptable.