JAKARTA (Antara) – La risa puede ser una de las cosas más serias que necesitamos en estos días. En medio de la retórica política cada vez más fuerte y las dificultades económicas, el humor se vuelve esencial.
Indonesia es considerada una de las naciones más alegres del mundo, al menos en función de la frecuencia con la que su gente sonríe. El Informe de Emociones Globales 2025 revela que alrededor del 90 por ciento de los encuestados indonesios dijeron que sonrieron o se rieron el día antes de que se realizara la encuesta.
El Ministro de Cultura Fadli Zon anunció recientemente que el gobierno ha designado el 27 de septiembre como Día Nacional de la Comedia.
La fecha coincide con el cumpleaños de Bing Slamet, un legendario comediante, cantante, actor e ícono cultural. La designación es un tributo al tardío maestro.
Más allá de honrar una figura cultural, el Día Nacional de la Comedia también tiene la intención de ayudar a preservar el patrimonio cómico de Indonesia.
Varias formas de arte tradicionales indonesias están infundidas con humor, como Lenong de la cultura Betawi, el humor de Ketoprak, un giro comedia en el drama tradicional de Ketoprak de Java Central, y Ludruk de East Java.
Los chistes en estas actuaciones no son simplemente para el entretenimiento. A menudo llevan mensajes de sabiduría y críticas sutiles dirigidas a los que están en el poder.
Comedia, no un asunto trivial
La comedia es una de las formas más seguras de abordar problemas serios. Es más que solo entretenimiento: puede ser un espejo o incluso un arma utilizada para satirizar el poder y exponer los absurdos sociales.
También puede entregar una crítica social más nítida que un editorial de periódicos, sin causar confusión u ofensa.
El humor satírico a menudo resuena más profundamente que las críticas directas, que pueden ser rechazadas, consideradas ofensivas o incluso castigadas bajo leyes de difamación. La comedia puede entregar el mismo mensaje de una manera más ligera y digerible.
Tomemos, por ejemplo, una broma de un conocido comediante conocido por asar a los funcionarios públicos: “Señor, usted es como la señal de Wi-Fi en las oficinas gubernamentales, presente, pero imposible de conectarse”.
La broma, que provocó risas de la audiencia e incluso del propio funcionario, no era un mero ridículo: era una crítica de la falta de respuesta percibida.
Algunos políticos de hoy han comenzado a darse cuenta de que ser asados por comediantes en realidad pueden mejorar su imagen pública, proporcionó que responden con gracia y toman medidas significativas a cambio.
El ministro Zon reconoció que la comedia puede servir como una plataforma neutral para las críticas gubernamentales, siempre que se exprese respetuosamente y sin delito personal.
Cuando se entrega a través del arte cómico, dicha crítica puede tomar la forma de sátira o contenido atractivo que fomenta el discurso público.
De Warkop Dki a comedia de pie
Durante la era del nuevo pedido, el grupo de comedia Warkop Dki era conocido por tejer comentarios sociales y políticos en sus parodias. En la década de 1980, también surgió el grupo Bagito, ofreciendo material que reflejaba problemas sociales reales.
En ese momento, generalmente había dos corrientes de comedia: Safe Slapstick y Light Entertainment, o sutil sátira elaborada para evitar cruzar líneas políticas. El contenido de televisión fue estrechamente controlado por el Ministerio de Información.
Aun así, era raro, quizás inaudito, para los comediantes ser encarcelados durante esa época sobre sus bromas, aunque Bagito supuestamente recibió advertencias de material políticamente sensible.
En los últimos años, Indonesia ha visto un aumento en los comediantes de pie, cuyas actuaciones a menudo hacen reír y pensar. El contenido varía ampliamente pero generalmente se prepara cuidadosamente.
La comedia de pie ofrece una mayor libertad expresiva, pero también conlleva riesgos. La Ley de Información y Transacciones Electrónicas de Indonesia (UU ITE) se ha utilizado para informar y enjuiciar a los comediantes.
Un caso notable involucró a Gilang Bhaskara, que enfrentó acciones legales por presuntamente insultar a la religión a través de su material.
Al mismo tiempo, una parte del público todavía lucha por distinguir entre chistes significaba como comentarios sociales y aquellos percibidos como ataques personales, lo que lleva a los acalorados debates en las redes sociales.
Apreciando la crítica a través de la comedia
Si la comedia es un canal efectivo para la comunicación pública, entonces las críticas basadas en el humor deben tratarse como una entrada constructiva, no una amenaza.
En lugar de informar a los comediantes, los funcionarios públicos harían mejor para responder con la apertura y tratar estos mensajes como oportunidades de reflexión.
El público también debe reconocer que no todos los chistes están destinados a ofender. Al comprender el contexto, podemos responder a la comedia de manera más madura y evitar ser provocados fácilmente.
Los comediantes, a su vez, tienen la responsabilidad de mantener sus críticas fuertes sin descender al discurso de odio o ataques personales, especialmente contra grupos vulnerables.
El Día Nacional de la Comedia debería servir como un recordatorio de que la comedia es más que entretenimiento. Es una forma de comunicación pública y una forma legítima para que las personas critiquen la autoridad y expresen preocupaciones sociales.
Por supuesto, no toda la comedia necesita llevar un mensaje. A veces, simplemente necesitamos una buena risa para aligerar la carga.
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Editor: Rahmad Nasución
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