La caravana albirroja sorteo el viento y la lluvia y llego a Mendoza con un sol a pleno. Unas 300 personas, que llenaron cinco colectivos, arribaron pasadas las 10 de la mañana a las instalaciones de Marista RC y pintaron el predio de rojo y blanco.
Mochilas, conservadoras y los trapos que acompañan siempre fueron los protagonistas de la caminata hacia la cantina y las gradas.
Primero desplegaron las banderas e hicieron el recuento de los trapos bien estirados en el césped de la cancha 1, donde se jugará la final. Después los colgaron de las tribunas y vistieron los árboles, tomaron mates y compartieron la charla.
Cerca del mediodia, el trabajo se detuvo y la cantina se convirtió en el centro de la escena. Es que juegan Los Pumas y en el XV inicial, dos hijos dilectos del Jockey (Molina y Mallia) están con la celeste y blanca.
