Max Verstappen tuvo un estreno soñado en la Nürburgring Langstrecken-Serie (NLS) al imponerse junto a Chris Lulham en la novena fecha del campeonato, al mando del Ferrari 296 GT3 de Emil Frey Racing. Para el tricampeón mundial de Fórmula 1 fue su primera victoria en una carrera real de resistencia, tras varias conquistas en el mundo del simulación.
El neerlandés ya había dado muestras de su adaptación en la clasificación, donde sorprendió pese a tratarse de su primera competencia con un GT3. Con neumáticos intermedios marcó el mejor tiempo provisional y finalmente partió tercero, tras una vuelta sobre seco con tráfico. Vale recordar que Verstappen obtuvo su licencia apenas dos semanas atrás, luego de completar las 14 vueltas reglamentarias con un Porsche Cayman GT4 Clubsport.
En carrera, no tardó en mostrar su jerarquía. Desde la largada se adueñó de la punta, superando al Ford #6 y al Aston Martin #34 —que había salido desde la pole—, mientras el Porsche #917 quedaba relegado tras un toque. En apenas dos vueltas, el neerlandés ya tenía una ventaja de cinco segundos. Con un ritmo implacable, fue ampliando la diferencia a razón de tres segundos por vuelta frente a su rival más directo, el experimentado Frank Stippler con el Mustang GT3.
Después de casi una hora y 14 giros, Verstappen ingresó a boxes con más de un minuto de margen, rozando incluso el récord oficial del trazado. El dominio quedó en manos de su compañero Chris Lulham, procedente del simulación y a quien el propio Verstappen había prometido llevar al automovilismo real.
Mientras tanto, otras categorías también ofrecían espectáculo. El portugués Tiago Monteiro, con el Honda Civic TCR FL5 #800, peleaba palmo a palmo con el Audi #801 por el liderazgo de su división.
En la última hora, con la pista complicada por restos de accidentes y condiciones cambiantes, Lulham supo administrar la ventaja. Con más de 50 segundos de diferencia respecto a los Mustang perseguidores y el Audi R8 LMS GT3 #22 ya muy lejos, el británico cerró la competencia con solvencia.
Bajo el sol que acompañó los giros finales, el Ferrari 296 GT3 cruzó la meta en lo más alto, sellando una victoria histórica y muy celebrada: la de una estrella mundial del automovilismo junto a un debutante del simulaciónen una de las series de resistencia más exigentes y míticas del planeta, en el Nürburgring Nordschleife.