La provincia de Buenos Aires volvió a demostrar su centralidad política. El triunfo de Fuerza Patria, liderada por Axel Kicillof, por más de 13 puntos de diferencia sobre los candidatos respaldados por Javier Milei no sólo consolidó al gobernador como referente del peronismo, sino que dejó al descubierto las debilidades del oficialismo nacional en su primer test electoral.
Este lunes, diferentes analistas coincidieron en que el resultado no fue sólo una disputa local: terminó funcionando como un plebiscito de la gestión económica de Milei.
“La frase más expresada es: ‘No llego a fin de mes’”, resumió la investigadora Shila Vilker en diálogo con el streaming La Voz en Vivo. Para la analista, el clima social que se tradujo en las urnas tuvo una raíz clara: “La dificultad de la micro (economía) es una de las grandes dificultades del Gobierno”.
Vilker advirtió que la administración libertaria enfrentaba plazos que parecían lejanos, pero se precipitaron: “Nosotros decíamos que después del 26 de octubre probablemente el Gobierno iba a tener que tomar una serie de iniciativas y de acciones para mejorar la micro, la economía cotidiana. Me parece que esas fechas se adelantaron fuertemente”.
El voto, sostuvo, fue un mensaje directo: “La escena del domingo dejó como saldo una demanda social muy fuerte, muy importante e impactante, que va a ser difícil que el Gobierno no tome nota, a pesar de las declaraciones del Presidente de intentar redoblar los esfuerzos para mantener el rumbo”.
Más allá del factor económico, el resultado expuso un choque entre dos lógicas políticas. Para el periodista Paulino Rodrigues, de LN+, el oficialismo bonaerense supo movilizar todas sus piezas “El oficialismo provincial desplegó recursos, estructuras, intendentes y musculatura política, mientras que el Gobierno nacional se confió en el sello, en las redes y en los medios masivos de comunicación”, afirmó ayer.
El contraste quedó en evidencia en el mapa de la elección. “Distintas tribus del peronismo lograron dejar a un lado sus internas para preservar su cuotaparte de poder en la provincia de Buenos Aires. Esta elección, asimétrica en su naturaleza, castigó al Gobierno nacional y consolidó el poder territorial de los jefes locales que jugaban la propia”, resumió .
Pero Rodrigues fue más allá y calificó lo sucedido como “mala praxis” en la arquitectura electoral: “Hubo poca territorialidad, muchos heridos, muy magros cierres. Y a eso se le suma un programa económico que encontró techo en febrero o marzo, se amesetó y en los últimos meses empezó a caer por daños autoinfli-gidos y por la política económica errática”.
La crueldad del ajuste
El analista y columnista político Daniel Bilotta planteó que el resultado era previsible en un gobierno, el nacional, que eligió el camino del ajuste sin amortiguadores. “Es muy difícil que un gobierno, cualquiera, gane una elección llevando adelante una política de ajuste”, explicó.
Si bien reconoció que el Presidente heredó un cuadro complejo, Bilotta apuntó a la dimensión social de su programa. “Hay que sumarle a eso lo que Milei desmiente de sí mismo y es la crueldad del ajuste”, criticó.
Esa crueldad, según el periodista (que acompaña a Carlos Pagni en LN+), se sintió sobre todo en el conurbano bonaerense, no sólo entre los sectores más pobres sino también entre “asalariados en blanco que vieron disminuidos sus ingresos”, un núcleo clave del voto que en 2023 había respaldado al libertario.
Bilotta advirtió además sobre la inestabilidad económica que puede agudizar la crisis política. “El dólar se les disparó; y no tienen tantos dólares para vender. Más tarde que temprano, si se mantiene en ese valor, eso se va a trasladar a precios. Toda la ortodoxia teórica del Gobierno aquí merece ser releída”, subrayó.
Y en el terreno político, señaló fallas estratégicas. “Hubo una estrategia electoral equivocada. Se trata de aliados que no fueron considerados, como intendentes del interior, y eso tendrá costos internos para Sebastián Pareja y Cristian Ritondo”, cerró.
Los padres
También en La Vozel politólogo Gustavo Marangoni sintetizó lo ocurrido en Buenos Aires en dos figuras muy potentes.
“Lo del domingo dejó un padre de la victoria y un padre de la derrota”, enumeró, y completó: “El padre es el gobernador Axel Kicillof, que tomó en su momento una decisión muy audaz: dividir las elecciones provinciales de las nacionales. Lo hizo en contra de la opinión de Cristina Fernández y de La Cámpora, que hasta último momento intentaron torcerle el brazo. No pudieron. La decisión era audaz, el éxito la coronó”, explicó.
¿Y el padre de la derrota? “Es el Presidente de la República, preci-samente por la decisión contraria: intentó nacionalizar la elección provincial de Buenos Aires, cuando eso tenía más riesgos que beneficios”.
Para Marangoni, el resultado en la provincia también plebiscitó el rumbo económico.
“Otra vez fue la frase: ‘Es la economía, estúpido’. Porque el riesgo no era ‘kuka’, lo que se impuso fue el ‘riesgo bolsillo’. Porque la baja de la inflación fue acompañada de una baja aún mayor: la de los salarios, la de los ingresos y la de los negocios”, expresó.