La cantante Lissa Vera, una de las integrantes de la icónica banda pop argentina Bandana, estuvo de invitada en la mesa de Juana Viale, revelando fuertes detalles sobre los verdaderos motivos que llevaron a la disolución del grupo y las difíciles condiciones que enfrentaron a pesar de su inmensa popularidad.

Sus confesiones hablan sobre la disonancia que tuvieron entre la fama rotunda y la precariedad económica, el agotamiento artístico y una notable “desinteligencia” en la gestión de la banda.

Un éxito sin precedentes opacado por la realidad económica

Bandana, formada en 2001 a través del reality Estrella del popalcanzó un éxito vertiginoso en sus primeros tres años, batiendo récords de ventas con sus álbumes y realizando la asombrosa cantidad de 150 shows consecutivos en el Teatro Gran Rex. Sin embargo, Lissa Vera explicó que, detrás de este fulgor, se escondía una realidad compleja. “La fama era tan grande, pero no concordaba con la parte económica”.

Esta disparidad generó un creciente distanciamiento entre las integrantes y se sumó a problemas personales y las secuelas de una fama tan repentina.

Lissa destacó el “agotamiento artístico de no poder participar un poco más del proyecto” como un factor clave. Describió la experiencia como una “cajita así cuadradita donde no podías poner el pie fuera del plato”, lo que, artísticamente, “te empieza a pegar, a condicionar”. Esta falta de libertad creativa y la imposibilidad de ir más allá de los límites establecidos por la estructura de la banda contribuyeron al desgaste de las artistas.

Condiciones precarias y fondos desaparecidos

Las revelaciones de Lissa Vera incluyen anécdotas que pintan un cuadro de gestión deficiente y, en algunos casos, alarmante. La cantante señaló que había “mucha desinteligencia entre medio de Gustavo (Yankelevich, dueño del grupo) y nosotras”. Entre los ejemplos más impactantes, mencionó la falta de viáticos durante las giras, a pesar de su apretada agenda. Una situación crítica que relató fue una intoxicación en Perú al beber agua de la canilla, ya que no tenían “plata para comprar” agua o comida segura.

Además, Vera denunció la desaparición de fondos destinados a los viajes de promoción. “La plata que era para los viajes de promoción, desapareció”, afirmó.

Las diferencias con Mambrú

La artista también comparó el trato que recibían con el de otra banda similar de la época, Mambrú. “Nos pusieron en un hotel tres estrellas o cuatro estrellas a nosotras y Mambrú en un cinco estrellas”, observando que estaban “en diagonal” y las miraban, sin que los chicos tuvieran la culpa, pero enterándose después que “era al mismo hotel donde nosotras teníamos que ir”. Esta disparidad en el trato, especialmente en comparación con un grupo masculino, marcó la percepción de una gestión desigual.

El camino de Ivonne Guzmán: “No le perdonaron que sea extranjera”

Lissa Vera también abordó la persistente pregunta sobre por qué Ivonne Guzmán no se reincorporó en los regresos de Bandana en 2008 y 2016. Lissa especuló que a Ivonne “le pegó distinto” la fama, en parte por ser la más joven y no ser argentina.

“La gente a veces no es tan buena, a Ivonne no le perdonaron que sea extranjera”, interpretó Lissa. Aunque reconoció que Ivonne “debe tener sus motivos y tal vez no sanó”, y que les había dicho que “estaba en otra y que no podía ser parte” de un regreso, la perspectiva de Lissa añade una capa de complejidad sobre cómo las presiones externas y la identidad personal impactaron a una de las integrantes.

Tautan Sumber