Los continuos bombardeos israelíes han provocado duras críticas por parte de la ONU, que ha registrado decenas de muertes de civiles.

El ejército israelí ha llevado a cabo una ola de ataques aéreos en zonas del sur y este del Líbano, en la última violación casi diaria de un alto el fuego que data de más de un año.

Un corresponsal de Al Jazeera en el terreno dijo que los ataques tuvieron como objetivo las áreas de al-Jabour, al-Qatrani y al-Rayhan en el sur del país, así como las regiones de Buday y Hermel en el valle de Bekaa en el este del Líbano.

Otro ataque tuvo como objetivo Wadi Al-Qusayr, en la ciudad de Deir Siryan, en el sur.

Israel afirma que está atacando a agentes de Hezbollah y sitios de armas, dice, para presionar al grupo armado libanés a que se desarme.

Hezbollah se ha negado rotundamente a renunciar a su arsenal mientras Israel bombardee y ocupe partes del Líbano.

Las tensiones aumentaron aún más hace semanas cuando Israel bombardeó los suburbios del sur de Beirut, matando al principal comandante militar de Hezbolá, Haytham Ali Tabatabai. El grupo aún no ha respondido, pero dijo que lo hará en el momento adecuado.

Los continuos bombardeos israelíes han generado duras críticas por parte de las Naciones Unidas, que informaron en noviembre que al menos 127 civiles, incluidos niños, han muerto en el Líbano desde que entró en vigor el alto el fuego a finales de 2024. Los funcionarios de la ONU han advertido que los ataques equivalen a “crímenes de guerra”.

Los ataques se producen cuando Líbano e Israel enviaron recientemente enviados civiles a un comité que supervisa su alto el fuego por primera vez en décadas, una medida destinada a ampliar el compromiso diplomático.

Sin embargo, el líder de Hezbolá, Naim Qassem, criticó la decisión del Líbano de enviar al ex embajador Simon Karam a las conversaciones, calificándola de “libre concesión” a Israel.

Los funcionarios libaneses han expresado su frustración por los ataques casi diarios de Israel.

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