Grêmio x Botafogo tiene Camisa Mastery 88 con una calidad técnica absurda

Los primeros minutos en la arena estaban estudiando. Botafogo comenzó con posesión, buscando espacios en la defensa de Tricolor, pero pronto Grêmio equilibró el juego. A los cuatro minutos, Edenílson se arriesgó desde fuera del área y, en la esquina generada, Willian cargó con precisión, encontrando a Kannemann. El defensor terminó mal, y Leo Linck hizo el salvamento, pero la oferta marcó la primera intervención decisiva del centrocampista.

-Lo jugador de Willian Gremio durante un partido contra Internacional en el estadio Beira-Rio para el campeonato brasileño en 2025. Foto: Liamara Polli/Agif
© Liamara Polli-Lo jugador de Willian Gremio durante un partido contra Internacional en el estadio Beira-Rio para el campeonato brasileño en 2025. Foto: Liamara Polli/Agif

Recién llegado al club, Willian asumió la responsabilidad para organizar el sector ofensivo de Gremista. Posicionado como un centrocampista a la izquierda, con libertad para cortar el medio, trató de dictar el ritmo del equipo. La relación con Marlon abrió el corredor izquierdo y fluyó las jugadas, mientras que Dodi ofreció la cobertura defensiva necesaria para que él creara.

Más que cumplir una función táctica, Willian jugó el juego con inteligencia. Actuando como una punta falsa, sabía cómo explorar los espacios, atrayendo la marca y liberando el lado para avanzar. En breves triangulaciones, mostró la visión del juego y la capacidad técnica para acelerar el ritmo de los movimientos.

Jugó mucho

Incluso a los 37 años, impresionó por la intensidad. Viajó diferentes zonas del campo, participando tanto en la baja construcción como en las aproximaciones en el intermedio ofensivo. La movilidad era un diferencial para que Grêmio ganara el volumen de ataque, a pesar de que las jugadas no siempre se han convertido en acabados peligrosos.

Jugador de Willian de Gremio durante un partido contra Internacional en Estádio Beira-Rio para el campeonato brasileño en 2025. Foto: Maxi Franzoi/Agif

Willian fue el termómetro del equipo. Siempre pidiendo la pelota, hizo girar el núcleo del juego y se presentó como una opción constante para sus compañeros. Su presencia giró el ataque, haciéndolo menos predecible y más creativo, especialmente en el lado izquierdo.

Refuerzo importante

En el contexto de un partido equilibrado, en el que Botafogo comenzó mejor, fue la camisa Tricolor quien dio la respuesta. Si Grêmio logró salir de la asfixia inicial y construir oportunidades, mucho pasó por el liderazgo técnico y leyó los espacios de Willian.

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La sensación es que Grêmio ganó más de un refuerzo: encontró en Willian el conductor desaparecido para dar orden y armonía a las ideas ofensivas. Incluso si los objetivos no han salido en los primeros minutos, estaba claro que el centrocampista es hoy la pieza que dicta el ritmo y centraliza la creatividad del equipo de Mano Menezes.

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