“La carrera es muy corta, dura entre 10 y 15 años. Si no te llamas Messi, si no eres una estrella, ganas poco. Para vivir está bien, claro, pero después tu carrera no sirve para la familia, estás obligado a trabajar. Hay muchísimos jugadores que cuando terminan su carrera no tienen casi nada”. Ludovic Assemoassa (QEPD) recordaba así, en una entrevista con ‘El Español’, lo efímero de éxito en el mundo del fútbol y lo engañoso que pueden ser las apariencias. Le pasó a él: de jugar el Mundial con su selección, a una lesión gravísima, a la retirada forzada y el olvido de los focos, los mismos que tristemente volvieron a su figura esta semana tras su fallecimiento a los 45 años.
Assemoassa (QEPD) sale lesionado tras el partido ante Corea del Sur en 2006 /EFE
La muerte de ludovicoexdefensa formado en Lyon y mundialista en 2006, ha conmocionado tanto al fútbol francés como al africano. El Olympique de Lyon confirmó su fallecimiento y trasladó sus condolencias, destacando la trayectoria de un jugador que, pese a no alcanzar grandes focos mediáticos, dejó una huella profunda, todo sin revelar las causas de su deceso.
ADIÓS AL FÚTBOL… E INICIO DE LOS LITIGIOS
Nacido en Lyon y producto de la cantera del OL, Assemoassa dio sus primeros pasos profesionales en el Clermont Footdonde disputó 133 encuentros. Posteriormente inició su etapa en España con el Ciudad de Murcia (después Granada 74), último club profesional al que perteneció antes de su traumática retirada. Porque su carrera quedó marcada por un episodio trágico que trascendió lo deportivo y que años después ocuparía también los tribunales.
El 13 de junio de 2006, en el debut de Togo en un Mundial, ante Corea del SurAssemoassa sufrió una de las lesiones más graves posibles para un futbolista: rotura total del tendón rotuliano. Se produjo sin contacto, en el minuto 62, en un gesto rutinario. Aquel partido en Fráncfort terminó siendo el punto de inflexión de su vida. Operado de urgencia dos días después, regresó a los terrenos de juego tras 18 meses, ya como jugador del Granada 74, pero nunca recuperó su nivel: molestias constantes, inflamación crónica y hasta un clavo infectado en la rodilla condicionaron un regreso que apenas pudo sostener.

Assemoassa (QEPD) con el Granada 74 en un partido ante el Atlético de Madrid /EFE
En mayo de 2008 volvió a ser intervenido y ya no regresó al fútbol profesional. Pese a figurar posteriormente en el Limonest francés, no consta que disputara encuentros oficiales. Con apenas 30 años, su carrera había concluido. “Era joven y tenía buen futuro”, admitía años despuéscuando ya trabajaba como entrenador de un filial en Lyon y como profesor para sostener a su familia.
EL TS FALLÓ A SU FAVOR
Aquel final abrupto desembocó en una larga batalla administrativa. En 2010 solicitó a la Seguridad Social española una incapacidad permanente total derivada de accidente laboralargumentando que la lesión se produjo cuando pertenecía contractualmente al Granada 74. Inicialmente su petición fue rechazada. Una sentencia favorable posterior fue revocada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que consideró que, al haber cumplido 30 años, su actividad profesional podía darse por finalizada.
El caso llegó al Tribunal Supremo, que en 2017 falló a su favor. La Sala de lo Social determinó que la lesión derivaba de un accidente profesional, que el futbolista seguía en activo cuando solicitó la prestación y que no existe norma alguna que impida ejercer la profesión a los 30 años. El fallo le reconoció una pensión vitalicia de 19.000 euros anualesconvirtiendo su caso en una referencia tristemente recordada esta semana por su fallecimiento en Francia.






