No podía volver a pasar. El triste episodio no se podía repetir. Esa noche del 14 de abril de 2022 fue demasiado dolorosa. Uno de los capítulos más funestos de la historia reciente del FC Barcelona. Y el club blaugrana, transversalmente, desde su presidente hasta el último aficionado, no podía permitir que el Spotify Camp Nou fuera invadido nuevamente por la fiel marea del Eintracht Frankfurt. Y para ello se tomaron medidas que, de rebote, generaron problemas o incomodidades a la propia masa social culé como lo demuestra la asistencia de 37.439 espectadores, algo baja para tratarse del regreso de la Champions al Estadi.
Los seguidores alemanes lo intentaron de todas las formas posibles. Literalmente. Las restrictivas medidas de la entidad catalana, que había destinado a sus socios todas las localidades disponibles (excepto las 2.400 asignadas al sector visitante por normativa de la UEFA) y había restringido la transferencia de entradas, rebajaron los ánimos teutones, pero aun así más de 1.000 aficionados del Eintracht viajaron a Barcelona sin entrada.
No perdieron la esperanza y buscaron el ‘milagro’ de todas las formas posibles. Hasta el último suspiro. El mismo día de partido, como muestra de ello, un buen grupo de seguidores de las ‘águilas’ intentaron hacerse socios del Barça en la OAB (Oficina d’Atenció Barcelonista) para adquirir ‘tickets’. Se encontraron con una negativa intransigente.
En la previa, sin incidentes remarcables, las medidas de seguridad del estadio funcionaron bien en líneas generales. Hubo inspecciones de camisetas para intentar evitar la presencia de alemanes camuflados y controles aleatorios de documentación. El partido comenzó y el color predominante en las gradas era, sin ninguna duda, el blaugrana. Y el negro de los abrigos. Los hinchas del Eintracht, muy ruidosos, no pudieron decorar el Camp Nou con el color blanco. Pagaron su frustración con insultos al club catalán ‘insonorizados’ rápidamente por los culés.
Aficionado del Eintracht infiltrado en el sector locañl del Spotify Camp Nou / Dani Barbeito
Los seguidores del Eintracht volvieron a intentar sembrar el caos cuando el equipo de Dino Toppmöller se adelantó en el marcador. Tras el gol de Knauff en el minuto 21, los aficionados de la grada visitante encendieron bengalas, lanzaron objetos y cerveza a los seguidores del Barça y rompieron partes del panel de seguridad. Y los ‘infiltrados’ a la zona local que pudieron salvar la seguridad culé se delataron a sí mismos con eufóricas e irrespetuosas celebraciones.
Varios testimonios informaron a SPORT que los propios aficionados del Barça levantaron la voz y señalaron a los teutones camuflados para que fueran expulsados por parte de los miembros de seguridad. El Eintracht intentó volver a sembrar el caos en las gradas. Y es que, en la segunda mitad del encuentro, cuando Jules Koundé culminó con un doblete la remontada, los alemanes lanzaron una bengala dirigida hacia el sector de Lateral del Camp Nou más cercano al Gol Nord. Afortunadamente, no se tuvo que lamentar ninguna consecuencia más allá del evidente susto.
Aunque la cosa estuvo muy lejos de parecerse a la noche de Europa League de hace tres años, la realidad es que no fue una noche agradable para los socios que acudieron al Spotify Camp Nou en el regreso de la Champions.








