Ganar en Sevilla era empezar a dispararse. Seis victorias seguidas es una cifra considerable. Pero no solo eso, sino que lograr la sexta en una plaza tan complicada como La Cartuja, ante un Betis que es uno de los mejores equipos a nivel ofensivo de España y ante 64.000 gargantas llenando a rebosar las gradas. Eso es otra cosa. Hansi Flick tenía este partido marcado en rojo en el calendario.

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