Mientras Marc Márquez provocaba, la noche del pasado domingo, el éxtasis más absoluto en la gala de despedida del Mundial de motociclismovivida en una inmensa carpa en mitad del ‘paddock’ del coqueto circuito Ricardo Tormo de Cheste, en Valencia, Francesco ‘Pecco’ Bagnaia vivía, más allá del purgatorio, un auténtico infierno.
Mientras ‘él canibaliza’ recogía hasta cuatro galardones personales y se veía obligado a subir al escenario otras tantas veces, la última para pedir la presencia de rosas y julianosus padres y, cómo no, la de su hermano Àlexpara hacerse la foto familiar, todos llorando, Bagnaia repasaba, entre desesperado e impotente, lo que hasta él mismo considera “la peor temporada de mi vida”.
Mientras el mayor de los Márquez pedía que todo el mundo se respetase y fuese tolerante, Bagnaia seguía dándole vueltas a su desastrosa campaña a la que sigue sin encontrarle explicación alguna. Mientras ‘ET’ sugería, sin sentenciar, por descontado, que su regreso, su recuperación, su volver a ‘campeonar’ sirviese de aliciente para todos los que se encuentran inmersos en la duda y preocupación “porque jamás hay que lanzar la toalla”, el joven de Turín, tricampeón del mundodudaba si seguir o no vinculado a Ducati, con quien le resta aún un año (2026) de contrato.
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Año horrible
Mientras Márquez ha regresado a su casa de Cervera (Lleida), donde el sábado compartirá con Àlex la gran cabalgata de celebración del campeonato y subcampeonato y se muestra convencido de que su hermano cumplirá a la perfección el papel de piloto probador, hoy, en Cheste testando la ‘Desmosedici’ 2026, ‘Pecco’ espera llevarse una sorpresa agradable cuando hoy se suba a su nueva Ducati porque, en efecto, “peor de lo que me ha ido este año, no me puede ir”.
Marc Márquez empieza la época de descanso confiando en que su hermano Àlex se encargará de dirigir el desarrollo de la Ducati-2026 y pensando únicamente en recuperarse a tiempo para los primeros ensayos de 2026. “Por suerte o por desgracia, ya sé lo que es no tener vacaciones y pasarte todo el invierno en el gimnasio”.
Mientras Márquez levantaba, eso, hasta cuatro trofeos, entre ellos la columna de campeones, cosa que hizo con el brazo izquierdo por si acaso se resentía el lesionado brazo derecho, Bagnaia se apoyaba en la fila de neumáticos de Cheste, después de que Juan Zarco lo tirase en la primera vuelta, y acabó caminando parsimoniosamente hacia su boxe sin quitarse el casco, siendo el objetivo preferido de decenas de fotógrafos, que aprovecharon la ocasión para plasmar la desolación en sus tarjetas digitales, convirtiendo esa foto en la imagen más icónicas de la temporada.
Sin explicación
El contraste que ha vivido, no solo el equipo Lenovo Ducati sino toda la factoria de Borgo Panigaleha sido escalofriante. Y, sí, puede definirse así aunque parezca excesivo, pero no lo es, no. El propio Bagnaia reconocía ayer que “la carrera de Valencia simplemente ha sido coherente con el final de temporada que estoy protagonizando, es decir, solo ha durado cuatro curvas. Ha durado 25 segundos y sé que va a durar meses en mi cabeza porque no voy a pasar un invierno normal, dándole vueltas a todo lo que me ha ocurrido, pues aún no le he encontrado explicación a nada de lo sucedido”.
Mientras Márquez es perfectamente consciente de que le espera un invierno durísimo “en el que va a ser imposible tener fiesta incluso en los días de Navidad ¡ni hablar!”, pues va a ser constante y durísima la rehabilitación (“por suerte y por desgracia, sé perfectamente a lo que me enfrento”), Bagnaia sigue dándole vuelta a que “arrancamos el Mundial con la idea de recuperar el título y he acabado quinto, gracias al buen inicio de temporada.
Imagen desoladora de ‘Pecco’ Bagnaia caminan, entre resignado y desesperado, hacia su boxe en Cheste tras caerse el domingo. / ALEJANDRO CERESUELA
Mientras Marc se abrazaba repetidamente a Àlex y empezaban a celebrar en familia todo lo conquistado, que fue mucho y bueno, los hermanos preparaban su aterrizaje en el fiestón de su pueblo, Bagnaia se limitaba a felicitar a su compatriota Nicolo Bulega, piloto que sustituyó al mayor de los Márquez en Portugal y Valencia, “porque en los dos grandes premios que has corrido has sumado más puntos que yo, dos, cosa que yo ni siquiera he conseguido”. En efecto, tanto en Portimao como en Cheste, el piloto suplente de Ducati acabó 15º, es decir, el último lugar que da puntos (1).
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Estamos hablando de sensaciones, gestos, comportamientos, pues si pasamos a hablar de números, estadísticas, datos, los dos pilotos oficiales de la firma campeona del mundo vuelven a simular habitar el cielo (Marc Márquez) y el infierno (‘Pecco’ Bagnaia). MM93de 32 años, pese a perderse los cuatro últimos grandes premios (Australia, Malasia, Portugal y Valencia), ha sumado 545 puntos, es decir, 257 más que el italiano y 11 victorias de domingo, mientras que ‘Pecco’ solo ha ganado dos grandes premios.
No ser negativo
Mientras Márquez insiste en que ya sabe que va a pasar un invierno muy duro en el aspecto físico, para poder recuperar su musculatura, fuerza y movilidad en el operado hombro derecho, Bagnaia reconoce que su dolor será de cabeza y le durará meses. “No me quitaré todo lo que me ha ocurrido este año de la cabeza en meses, lo sé, estoy seguro”, reconoce Bagnaia, con la misma sinceridad con la que se expresa siempre Marc, “pero lo más importante es que la negatividad nunca es la solución, pues si piensas de forma negativa atraes aún más negatividad”.
Mientras Márquez reconoce estar muy contento con su ‘Desmosedici’, fuese 2025 o 2024 mejorada, la que fuese, Bagnaia reconoce que “la 25 ha sido una moto muy hostil conmigo y eso que me dijeron que era casi idéntica a la 24. Por la razón que sea”, termina diciendo el turinés, “esta moto nunca se ha dejado pilotar por mi”.
‘Pecco’ Bagnaia reconoce haber vivido “la peor temporada de mi vida”, confiesa que se pasará el invierno “pensando en este desastre” y cree que “la negatividad no es la solución, pues si piensas negativo atraes aún más negatividad”.
Hoy empieza la temporada 2026. Los pilotos prueban las primeras evoluciones de sus motos de este año, que solo puede sufrir pequeñas mejoras (el motor será el mismo, intocable), por lo que nadie espera grandes cronos. Lo que sí tiene claro todo el mundo es que con el pistoletazo de salida de hoy al 2026, se abre un mundo totalmente nuevo, pues los hay que sospechan que las conversaciones para cambiar pilotos de cara al revolucionario 2027, donde las motos serán menos sofisticadas y aumentará la habilidad del piloto, empezarán en pocos meses.
En ese sentido y pese a que las voces del ‘paddock’ afirman que a Ducati no le molestaría que Bagnaia pidiese que le liberaran del año de contrato que le queda (2026) para intentar cambiar de marca, desarrollo, equipo, modo de trabajar y compañeros de viaje, lo cierto es que la firma de Borgo Panigale no piensa dar un solo paso en ese sentido y si ‘Pecco’ decide cumplir su contrato, lo aceptará de buen grado.
“Quiero acabar mi carrera en Ducati”, reconoció ayer Bagnaia en la web gpone.com. “Es posible que en invierno hable con Ducati, pero, desde luego, yo no soy y menos en estos momentos, la persona más indicada para hablar de esto”. Todos los pilotos tienen contrato con sus marcas y/o escuderías hasta finales de 2026 y, por tanto, se antoja sumamente difícil, por no decir que imposible, que Bagnaia encuentre un hueco, en realidad no lo hay ni bueno ni malo, en cualquier equipo a no ser que dos grandes fabricantes se pongan de acuerdo e intercambien a Bagnaia por otro piloto ganador, claro.





