Cualquier vecino de Barcelona y alrededores se habrá dado cuenta hoy que al salir de casa el ambiente está ciertamente enturbiado, como si hubiera una niebla que tiñe de un color marrón cobrizo la ciudad.
Y no, no es que las gafas estén suciassino que se trata de una consecuencia más de la borrasca Claudia que ha afectado principalmente las Canarias y el tercio occidental peninsular a lo largo de esta semana con lluvias y tormentas.
A Catalunya solamente ha llegado algo de precipitación en el pico al noroeste del territorio, pero los efectos de este fenómeno se han dejado notar incluso en el litoral.
Ambiente turbio en Barcelona este viernes. / PIES ZOWY
Esta sensación como de estar viviendo en un capítulo de la próxima temporada de ‘Stranger Things’ no es ningún truco promocional, sino que se trata de una calima producida por el polvo en suspensión del desierto del Sáhara que ha llegado hasta nuestros lares, levantado por el efecto de Claudia.
Pese a que se trata de un episodio más ligado a las Canarias, situadas en el continente africano, esta no es la primera vez que ocurre en el territorio peninsular.

Vistas a la Sagrada Família entre el polvo en suspensión. / PIES ZOWY
Más allá de la mala visibilidad, la calima comporta un ambiente seco y cálidoalgo que ha sorprendido mucho en las últimas horas en la Ciudad Condal porque la temperatura había descendido notablemente en las fechas anteriores.
Además, la situación puede conllevar problemas respiratorios en algunas personasya que las partículas de polvo son tan minúsculas que pueden penetrar en las vías respiratorias.
La ley catalana indica que si la concentración de partículas superan las 50ug/m3 se puede hablar de un episodio potencialmente peligroso para la sociedadsobre todo en los casos de personas con afectaciones respiratorias crónicas.








