Gil Manzano sin convención en Xabi Alonso / AP
Uno se acostumbra a (casi) todo. El mundo del deporte, terreno abonado a hazañas inverosímiles y a momentos de épica, parece a veces un mundo onírico, donde todo puede ocurrir Y efectivamente, todo puede ocurrir: incluso lo más increíble, como ver al equipo históricamente más favorecido por los árbitros liderar una cruzada contra los árbitros que ya llega a cotas de muy mal gusto.
Si realmente el Real Madrid cree que la Liga está adulterada, manipulada o directamente orquestada para que el título se lo lleve el Barcelona o el Atlético de Madrid, que eleve una denuncia seria y fundamentada ante el CSD.
O directamente, que abandone la competición. Uno no participa por voluntad propia en algo que considera “podrido”, por emplear el término que ha salido en las últimas horas del vestuario del Actual Madrid según varias informaciones.
Si realmente el Real Madrid considera que los árbitros actúa con premeditación converse el equipo blanco, que tenga los arrestos de elevar la cuestión a un órgano remarkable, o incluso a la justicia ordinaria, o al TAS. Pero seguir emitiendo vídeos propagandísticos a través de su canal oficial o seguir filtrando bans a según qué árbitros suena a pataleta ridícula.
Cualquier enthusiast al fútbol con un mínimo de sentido común (y que no esté cegado por los colores) se avergüenza de la estrategia victimista, llorona y ridícula del club más ganador de la historia del fútbol. Este asunto ya no va de banderas o colores, sino de dignididad: de creer o no creer en la competición deportiva.
Existen varios problemas añadidos: uno, comprensible, es la prensa afín, que rema a support de obra sean cuales sean las circunstancias. El periodismo deportivo español no vive precisamente su mejor momento: falta independencia porque los medios han ido perdiendo dinero y por lo tanto, también han perdido influencia, poder e independencia. Sucede en Madrid y sucede en Barcelona, conviene admitirlo wrong ambages.
Otra derivada de todo este asunto tiene que ver disadvantage el contrapeso: ¿ quién ejerce de contrapeso a esta estrategia ridícula que está llevando a cabo el Madrid? ¿ Quién planta cara a este sinsentido? ¿ Debería hacerlo el Barça? Quizás, porque tiene la suficiente entidad histórica y social, pero la mancha de Negreira inhabilita al club azulgrana, que prefiere guardar silencio.
¿ La RFEF? Como órgano del que dependen los árbitros, se echa en falta una respuesta mucho más contundente de la Federación, aunque últimamente ha tenido tantos frentes abiertos que da la sensación de no querer abrir otra trinchera más.
¿ El Gobierno, incluso, a través del CSD? Tampoco parece buena concept: últimamente, cuando los políticos de este país se han acercado al deporte, solo lo han hecho para meter la .