Reyes Estévez es uno de los mejores atletas españoles de la historia. Con casi 1,90 m de altura y un estilo pulido que le hacía flotar sobre el tartán, el catalán fue bronce en 1.500 en los Mundiales de Atenas’97 (tras Fermín Cacho) y Sevilla’99, además de plata en el Mundial bajo techo de Lisboa en 2011.
El de Cornellà fue campeón europeo en Budapest’98 y plata en Munich’02. En los Europeos en pista cubierta de Madrid en 2005 logró sendos bronces en 1.500 y en 3.000. Tan solo le faltó “una medalla olímpica y bajar de 3:30 en 1.500”, tal y como explicó a SPORT en una entrevista en las modernas oficinas de IRONMAN Spain en Barcelona.
A sus 49 años, Reyes Estévez brilla como triatleta y como fondista. Los días 8 y 9 de noviembre estará en Marbella en el Campeonato del Mundo IRONMAN 70.3 (triatlón) con el objetivo de “bajar 10 minutos” su marca del año pasado en Valencia (4:31.06) y el 16-N correrá la Media Maratón de Melilla con el arduo reto de batir el récord de España +45 de Marcos Sanza (1h:05.21) antes de dar el salto al +50.
¿En qué momento está ahora?
Contento, en uno muy dulce, porque valoro mucho cómo me encuentro físicamente, que me pueda seguir preparando, entrenando y, sobre todo, marcándome objetivos y cumpliéndolos. Para mí eso ya es un logro.
Reyes Estévez está disfrutando cada día / IRONMAN ESPAÑA
¿Cuánto tardó en volver a correr desde que se retiró en 2010?
Empecé a entrenar a diario con la pandemia. No podía salir de casa como nos pasaba a todos, pero por suerte tengo arriba un gimnasio con una cinta y me puse a correr.
“Cuando dejas el deporte de alto nivel tienes un bache. Nos ha pasado a todos, ¿eh?”
¿En la cinta?
Sí, estuve casi un año. ¿Qué pasa? Que al principio los ritmos eran normales, peor te vas metiendo, me ponía programas de circuitos, de maratones, empiezas a comparar tiempos, pam, pam, pam, hasta que digo, ostras, que estoy haciendo miles a 2:45. Y cuando se acabaron las restricciones, salí a correr en la calle.
¿Qué ve cuando mira 10 años atrás?
Sobre todo lo bien estoy, que he vuelto a entrenar, que el cuerpo me responde y lo bien que me veo, porque cuando dejas el deporte de alto nivel tienes un bache y te replanteas las cosas. Nos ha pasado a todos, ¿eh? A mí la actividad física me hizo ver las cosas de otra manera y afrontar el futuro con otros ojos.
El Reyes al que le costaba levantarse a entrenar y la famosa anécdota del CAR de Sant Cugat con el gran Gregorio Rojo… ¿se habría imaginado lo que está haciendo el de ahora?
¡No, no! Espera, que lo vamos a aclarar. A mí nunca me ha costado levantarme para entrenar. Lo que pasa es que Gregorio llegaba muy temprano. ¡Que llegaba a las ocho y el entrenamiento era a las 11 y te estaba llamando a las siete y media! (Ríe) Yo siempre he disfrutado entrenando y siempre he entrenado al máximo.

Reyes Estévez y Fermín Cacho, dos iconos del atletismo español /EFE
¿Se imaginaba estar corriendo tan rápido a los 49 años?
Pues no. Si cuando me retiré me hubiesen dicho que 15 años después iba a estar corriendo una maratón a estos ritmos… Ni una media maratón, vamos.
¡Ni en su época de profesional!
Tienes razón. Por entonces hasta un 10 K se me hacía largo (ríe). Ahora disfruto cada día, que es la clave.
“Mi medalla olímpica era la de Sidney’00. ¿A qué vino que Odriozola no me llevase?”
¿Se ha sido injusto con usted?
En algunos aspectos, sí. Siempre tuve que demostrar más que el resto, o se me exigía más o estaba siempre con la lupa encima, pero hay cosas que no puedes controlar y siempre intenté llevarlo lo mejor posible.
¿Ha perdonado ya a Odriozola por no llevarlo a los Juegos de Sidney 2000 o lo sigue recordando?
¡Yo qué sé! En aquella época evidentemente fue un trauma y eso no se olvida. Si me pasase ahora sería otra cosa, pero con 23 años y con la trayectoria que llevaba… Dos bronces mundiales, (Atenas’97 y Sevilla’99), el oro en el Europeo en 1998. Era mi medalla olímpica, seguro. Era mi año. Mira, en 1996 me llevó a Atlanta cuando quizá no tendría que haber ido. ¿A qué vino no llevarme a Sidney? Se lo tendrías que preguntar a él.
¿Le quedó algo pendiente? ¿Esa medalla olímpica?
Sí. La medalla olímpica habría sido la culminación, pero en perspectiva una medalla mundial es tan difícil como una olímpica, porque los rivales son los mismos. No obstante, me quedo más con la espinita de no haber bajado de 3:30 en 1.500. Tuve días para conseguirlo y, pensando que llegarían otras oportunidades, ahora me doy cuenta de que no supe valorarlos. Hay que aprovechar los momentos, porque son pocos.

Reyes Estévez, ilusionado ante su doble reto / IRONMAN ESPAÑA
Y ahora resulta que Reyes es triatleta y fondista…
Pues sí. Desde que me lo propusieron hace un año y debuté en sprint en Ibiza (triatlón), lo vi y dije, ostras, pues esto me gusta mucho.
“Si no tienes una buena técnica de natación, gastas más del triple y encima vas mal”
¿Pero usted había nadado o montado en bici?
No montaba en bici y nadar, pues sabía como cualquiera. Hice cursillos en su día, pero nada especial. Es la disciplina que peor llevo. Es tan clave nadar rápido como no gastar, porque es todo técnica. Si no tienes una buena técnica, gastas más del triple y encima vas mal. Creo que he mejorado muchísimo.
¿Cuánto nada a la semana?
Hago tres sesiones de 3.000 metros.
El año pasado acabó una Ironman en 4h:31.06. ¿Qué retos se plantea en el Campeonato del Mundo Ironman 70.3 en Marbella?
Bajar 10 minutos. El segmento de ciclismo en Marbella es muy duro y con montaña. Igual no es el sitio ideal, pero si en Valencia fui undécimo de mi categoría, estar entre los seis primeros es un buen objetivo.

Reyes Estévez se ha preparado a conciencia / IRONMAN ESPAÑA
Y una semana después tiene la Media Maratón de Melilla…
El año pasado me pasó lo mismo. Después de Valencia tuve la media de Chiclana e hice mi mejor marca (1h:05.15), aunque no valió entre comillas al no estar homologado el circuito para récords. No esperaba correr tan rápido después de la paliza de la semana anterior, así que espero que vuelva a ir bien ahora.
¿Cómo gestiona el no cebarse pese a tener más talento que los primeros?
No es fácil, porque el cuerpo te pide irte con ellos. Se trata de controlar y no darle todo lo que te pide. Es lo que más te he tenido que mejorar y por fin lo tengo bien metido en la cabeza. Antes me metía unas clavadas brutales, porque iba a ritmos que ya no son míos. Al final te repercute en el tiempo y en el sufrimiento, porque al final lo pasas fatal. Seguimos trabajando en eso y creo que ya lo controlo mucho mejor.
“El récord de España +45 de media maratón es muy difícil, pero a mí me gustan los retos difíciles”
Su marca oficial en media maratón es 1h:06.48 y el récord de España +45 de Marcos Sanza es 1h:05.21…
Va a ser muy complicado.
Es que está en su último año de +45.
Claro, claro. Ahí está la clave. Dentro de un año lo tendré más fácil en +50 (Juan Antonio Cuadrillero con 1h:06.17). Mejorar ese récord +45 es tarea complicada. Hablamos de un ritmo de 3:05 el mil, pero tampoco pensaba correr tanto el año pasado. Además, el circuito de Melilla es bastante plano, está homologado y el clima puede ser bueno. Si tengo la suerte de que tire alguien o haya una liebre hasta la mitad, me ayudará bastante. Es muy difícil, pero voy a llegar preparado y a mí me gustan los retos difíciles. Lo voy a intentar,
Para acabar, ahora se habla mucho del joven Àlex Pintado, lesionado desde febrero. Me recuerda a usted…
Sí, había escuchado hablar de él y la primera vez que lo vi fue en pista cubierta en Valencia en un 3.000. ¡Y me gustó! El chaval tiene talento, una buena zancada y aún no está explotado de entrenamiento. Puede ser un gran corredor de 1.500. Tiene mucha calidad. Si se recupera bien, tenemos ahí un muy buen atleta.






