Oier Lazkano se prepara para afrontar un largo proceso tras su anunciada suspensión provisional. El que fuera campeón de España y uno de los ciclistas más prometedores del panorama nacional ha sido sancionado por la UCI debido a “anomalías inexplicables” en su pasaporte biológocolo que a su vez le ha llevado a quedarse sin equipo.
Poco después de hacerse oficial la noticia, el Red Bull-Bora emitió un comunicado para confirmar su decisión de prescindir de los servicios del de Vitoria-Gasteiz. “Confirmamos que Oier Lazkano ya no formará parte de nuestro equipo. Esto se debe a la decisión de la UCI de suspenderlo provisionalmente. La suspensión abarca las temporadas 2022-2024, periodo anterior a su incorporación al equipo”, anunció el equipo alemán, que corta todo vínculo con un corredor que apenas les ha representado durante unas pocas pruebas.
La prolongada ausencia de Lazkano, cuya última aparición se remontaba al pasado mes de abril en la París-Roubaixhabía disparado todo tipo de rumores sobre los motivos de su inactividad. Los malos presagios terminaron por confirmarse tras el anuncio de la UCI, pero todas las partes implicadas defienden su inocencia.
El propio Lazkano se pronunció a través de un comunicado en el que se mostró categórico sobre los motivos de su suspensión. “Quiero dejar absolutamente claro que nunca he utilizado sustancias dopantes ni métodos prohibidos. Soy un deportista limpio y una persona íntegra. Continuaré, con determinación y transparencia, defendiendo mi nombre y dignidad profesional. Mi carrera se ha construido sobre el esfuerzo, la dedicación, la honestidad y el trabajo diario”, se defendió.
Oier Lazkano, en una imagen de archivo. /EFE
Los dos ‘errores’ de la UCI que dan esperanza a Lazkano
El Movistar Team, equipo en el que el de Vitoria-Gasteiz militaba durante el periodo en el que está siendo investigado, también se desmarcó de las acusaciones: “Durante las tres temporadas de relación contractual con el señor Lazkano todos los controles a los que fue sometido, así como los internos del equipo, arrojaron un resultado negativo. En virtud de ello, era materialmente imposible conocer, o tan siquiera intuir, alguna anomalía como la ahora presentada en el procedimiento abierto por la UCI”.
La sombra del dopaje ha acompañado al mundo del ciclismo a lo largo de los años. Con el objetivo de erradicar esta mancha, la UCI instauró en 2008 el pasaporte biológico para contar con un registro de las variaciones hematológicas de los corredores. Dicho de otro modo, no se trata de una herramienta que detecta el uso de una sustancia en concreto, más bien las modificaciones en los parámetros fisiológicos, que en ocasiones pueden responder a factores ajenos al dopaje.
En este sentido, existen dos precedentes de ciclistas que pudieron evitar la ‘quema’. El más mediático fue el de Roman Kreuzigerabsuelto en 2015 después de demostrar que sus variaciones en el pasaporte biológico se debían a un problema de tiroides, pero también hay un caso esperanzador a nivel nacional.
Este es el del vizcaíno Ibai Salasque acudió a la justicia española para defender su verdad, que terminó absolviendo al corredor al determinar que el pasaporte biológico “no goza de presunción de veracidad” y que por sí solo “no determina la comisión de una infracción”.
Este veredicto ofrece un hilo de esperanza para Lazkanopero el proceso al que se enfrenta no será ni cómodo ni rápido. Este podría tardar años en resolverse y, en caso de hacerlo de forma positiva, no borrará la mancha que queda sobre los acusados por dopaje.








