El culebrón de Jack Grealish finalizó con el delantero inglés cedido en el Everton procedente del Manchester City. Pep Guardiola, que apenas contó con él la pasada temporada, le dejó bien claro que no iba a tener protagonismo este nuevo curso en el equipo ‘cityzen’. En apenas unos años, el internacional con los ‘Three Lions’ pasó de ser diferencial en un equipo que alzó el triplete a ser relegado totalmente al banquillo, incluso a la grada.

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