El pasado mes de abril, pocos días después de celebrar la clasificación para el Mundial de Filipinas, María Sanz recibía una noticia difícil. Una miocarditis le obligaba a parar en seco. “Yo me encontraba mal. Fui al hospital y me salió alto un marcador. Me dijeron que era algo cardiaco y pasé de estar ingresada una noche, a una semana y a después a una baja de entre tres y seis meses. Fue un shock. Yo soy muy positiva y esperaba que fuese poco, aunque tienes dudas“, señala.
Finalmente, ha podido comenzar la pretemporada y, tras firmar dos tantos en la primera jornada, ha vuelto a una convocatoria con la selección. “El primer día que salí a correr fue complicado porque no podía pasar de ciertas pulsaciones. Al final, el corazón lo tienes que entrenar. Pero luego, en los entrenamientos y al volver a jugar, no sentía que había estado lesionada. Me sentía bien, como una pretemporada más”, reconoce.
Tras superar este momento, ahora toca mirar al futuro, con el Mundial marcado de forma especial. Una cita marcada por la ausencia de Anita Lujansu compañera y capitana tanto en la selección como en el Atlético Navalcarnero. “La lesión de Anita es un palo muy gordo porque es nuestra capitana y una referencia. Pero en todos los campeonatos previos siempre hemos tenido un percance al que sobreponernos y esa es la fuerza de este grupo, que si todas tenemos que aportar un poco más, lo aportamos. Creo que estamos muy preparadas y ojalá se nos dé muy bien“, asegura.