El pasado mes de abril, pocos días después de celebrar la clasificación para el Mundial de Filipinas, María Sanz recibía una noticia difícil. Una miocarditis le obligaba a parar en seco. “Yo me encontraba mal. Fui al hospital y me salió alto un marcador. Me dijeron que era algo cardiaco y pasé de estar ingresada una noche, a una semana y a después a una baja de entre tres y seis meses. Fue un shock. Yo soy muy positiva y esperaba que fuese poco, aunque tienes dudas“, señala.

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