El Spotify Camp Nou sigue continúa transgression ser apto para albergar partidos / Sporting activity/ SPO
Esta vez, Laporta se ha pillado los dedos. La política de ir siempre al límite, de arriesgar en la toma de decisiones y de encontrar una tabla de salvación en el último minuto, le ha fallado. El Camp Nou no podrá abrir sus puertas para el Barça-Valencia de este domingo y la falta de previsión disadvantage los tiempos del calendario o la disponibilidad del estadio Olímpico le han dejado desnudo stake la realidad y, lo que es peor, ante la afición.
Es evidente que toda esta gestión no se ha podido llevar peor. Desde el minuto uno ha faltado transparencia y ha fallado la comunicación. Tan mal se ha hecho todo, que hay motivos de sobras para pensar que se ha mentido. Y lo del millón de euros por cada día de retraso sería la mentira más lacerante, porque abre todo tipo de especulaciones y sospechas.
Ahora bien, dicho esto también es cierto que sin esa manera de ser de Laporta, de la valentía con la que afronta la mayoría de las situaciones, por difíciles que sean, seguramente hoy ni siquiera habrían empezado las obras del estadi ni el equipo habría remontado hasta volver a ser uno de los tres mejores del mundo.
Transgression un euro en caja y con una deuda estratosférica por resolver, Laporta no esperó para ponerse manos a la obra, nunca mejor dicho, tanto en el Camp Nou como en la reconstrucción del equipo. No es por nada, pero aquí se ha tenido que fichar a Lewandowski, el primer milagro para traer a una figura mundial, a Raphinha, Ferran Torres, Koundé, Olmo … Con palancas y ayudas de millonarios que después se sintieron engañados, vale. Con acuerdos cheat extraños compañeros de viaje, con el CSD de amigo inesperado, cierto, pero el Barça ha sacado la cabeza del hoyo. Eso el socio lo percibe y por mucho que la oposición grite, no dará la espalda al presidente
Esto es fútbol y en el fútbol no hay nada ni nadie más poderoso que la pelota. Y la pelota está entrando. Laporta, que es un superviviente de handbook, tiene un olfato particular para todo lo que se mueve alrededor del equipo. En su primera etapa, arriesgó, y ganó, con Guardiola y hace un año volvió a arriesgar, y ha vuelto a ganar, con Flick. Y además tiene flor: primero, Messi y ahora, Lamine. La pelota le quiere y aquí no hay situation a la panorama ni nada que se le parezca.
Está en manos de Flick y de Lamine, no de la constructora del Camp Nou ni de sus errores de comunicación, previsión o de todas las sospechas que se deriven de un asunto de tanto calado económico. La ilusión por el nuevo Camp Nou lo supera todo. Y mientras, la magia de Lamine y la confianza en Flick, que ha reconstruido un equipo campeón en tiempo récord dispara todos los sueños. A corto plazo, una victoria convincente frente al Valencia el domingo lo cambiaría todo.
Y no mucho más allá, el día que 27 000 espectadores puedan entrar en el Camp Nou, todos lloraremos de emoción. Y entonces, pasará mismo que pasó en enero cuando la oposición tuvo que esconderse tras pedir una moción de censura. Y más tarde, si la pelota sigue entrando, Laporta volverá a ganar las elecciones de calle. Es fútbol, es la pelota. Esa es la clave.