Una defensa recitada de carrerilla. La UD Las Palmas de Luis García tiene en este instante una pequeña pelea con el gol que ha perjudicado su capacidad de sumar puntos en los dos últimos compromisos ante el Málaga y en El Plantío contra el Burgos. A pesar de ello, el técnico asturiano sí que ha afianzado con mucha claridad una de las patas de la mesa más importantes para cualquier equipo que aspire a subir a Primera División: construir una base sólida en su defensa.
Para empezar, en las cuatro jornadas que se han disputado hasta el momento, los isleños son el segundo mejor equipo del campeonato en el porcentaje de éxito en las entradas que acaban en recuperación con un 69%, añadiendo que, asimismo, también son la segunda escuadra que menos disparos recibe por choque con 8,75. Eso habla por sí solo del trabajo grupal, aunque las labores defensivas recaen en mayor medida en cuatro nombres propios que han dado un paso hacia delante en este inicio de temporada.
El cuarto formado por MarvinBarcia, Mika mármol Y Clemente es la línea más consolidada dentro del once amarillo, un aspecto que no solo se entiende a través de la confianza depositada por el míster en estos futbolistas, sino también en el rendimiento de todos ellos y en los números de estas primeras jornadas del campeonato liguero.
Por un lado, la defensa isleña fundamenta en cada choque una seguridad que resulta clave. Esta cuestión se consolida a través de la pareja de centrales. Barcia y Mika forman un dúo preciso, tanto en el corte como en los duelos, donde ambos gozan de más de un 50% de triunfos en el cuerpo a cuerpo con los atacantes. Además, cuentan con una capacidad física que ayuda a que Las Palmas pueda protegerse a muchos metros de su propia portería, algo que se ha convertido en una de las señas de identidad de esta nueva era.
Otro que suma mucho en esta labor para adelantar la línea es Enrique Clemente. El futbolista maño se sitúa como tercer central pese a partir como lateral izquierdo en el esquema. En ese sentido, se prodiga poco en ataque, dejando que sus compañeros brillen más en esas facetas; sus tareas tienen más que ver con la contención y con la corrección, donde cuenta con un 64% de triunfos en sus duelos, sumándose además a esa salida de balón cuando la situación lo requiere.
Por último, queda un Marvin Park que, como ya dijo el propio míster insular, está volando. Aunque en los primeros partidos tuvo que ser sustituido, ya en Burgos completó el encuentro y cuajó su mejor actuación. El mallorquín está aportando en ataque, mezclando bien con sus compañeros y teniendo libertad total para convertir el carril diestro en su territorio personal, y también contribuye en labores defensivas.
Ante el refrán del ketchup, una buena retaguardia
De esa manera, Las Palmas sabe que está bien auxiliada atrás y que posee mimbres para seguir contando con porterías a cero, como la cosechada en El Plantío, que vayan agregando herramientas para alcanzar la meta de pelear por el ascenso. El principal problema que han tenido en estos primeros envites ha sido más el acierto del rival que el trabajo de la retaguardia.
Fue a Van Nistelrooy al que se le agenció la famosa frase del gol y el bote de ketchup en la que aseveraba que a veces no salen por mucho que lo intentes y luego vienen todos de golpe; y aunque la UD acabará encontrando el camino para anotar, mientras tanto está bien custodiada por una defensa que, por ahora, resulta imprescindible e inamovible.