Erez Calderón tenía 11 años cuando milicianos palestinos entraron en el kibutz de Nir Oz en el que vivía. El pequeño israelí fue secuestrado junto a su padre y su hermana, y llevado a Gazay separado de ellos. Fue liberado 52 días más tarde. Calderón fue uno de los 36 rehenes menores de edad de los 251 que capturaron Hamás y la Yihad Islámica el pasado 7 de octubre. De los rehenes, 27 eran militares y 224 civiles.
Ahora aún quedan en la Franja una veintena de rehenes con vidatodos ellos varones adultos, además de unos 27 cadáveres. Amnistía Internacional exige que sean liberados de forma “inmediata” e “incondicional”. Las condiciones de muchos de ellos, tras 724 días de cautiverio“son terribles”, asegura la organización de derechos humanos en un comunicado. Corren un “grave riesgo de muerte y de tortura y otros malos tratos”.
A todos “se los ha recluido en régimen de incomunicación y se les ha negado todo contacto con sus familias o el acceso al Comité Internacional de la Cruz Roja hasta el momento de su liberación”, recuerdan. “La toma de rehenes es una violación grave del derecho internacional y constituye un crimen de guerra”.
En una semana se cumplirán dos años del peor ataque en suelo Israelí desde su creación en 1947. Murieron al menos 1.139 personas. De ellas, más de 800 de ellas eran civiles, al menos 36 niños y niñas. Resultaron heridas más de 4.000 personas.
Abusos en cautividad
Algunos de los rehenes liberados denuncian haber sufrido abusos en cautividad. Un rehén liberado contó a Amnistía Internacional que a él y a otros cuatro hombres los habían golpeado durante varios días tras su captura, y que había estado recluido en un túnel, sin comida ni agua suficientes. Al menos cinco hombres más y una mujer han informado públicamente de que los sometieron a palizas y a otros malos tratos físicos. Otros denuncian aislamiento en total oscuridad.
Cuatro mujeres, dos niñas y dos hombres, han dicho públicamente que sufrieron agresión sexual, desnudez forzada o amenazas de matrimonio forzadorecapitula Amnistía. Una comisión de investigación de la ONU concluyó en septiembre de 2024 que había recibido información creíble sobre algunos rehenes sometidos a violencia sexual en cautividad, entre ellos una mujer que denunciaba haber sido violada. También encontró indicios de violencia sexual, incluida violación, la Corte Penal Internacional, que emitió una orden de busca y captura contra dos líderes de Hamás ya fallecidos.
Hamás y los grupos armados palestinos han publicado fotografías y vídeos de rehenes que aparecen a menudo heridoscon dolor o miedo o implorando por su vida o su liberación, prosigue el comunicado. También han obligado a rehenes a desfilar ante multitudes durante su secuestro o en humillantes “ceremonias de liberación”.
A finales de julio, las Brigadas de cuantioel brazo militar de la Yihad Islámica, publicó un vídeo en el que se ve al rehén Rom Braslavski en el suelo de un túnel, desnutrido y clamando que se halla al borde de la muerte. En otro de las Brigadas de Ezzeldin al-Qassam del 2 de agosto de 2025, el ala militar de Hamás, muestra a Evyatar David escuálido y cavando su propia tumba.
“Hasta que sean liberados, Hamás debe garantizar que todos los rehenes reciben un trato humano, tienen acceso a mecanismos de observación internacionales y pueden comunicarse de manera periódica y digna con sus familiares y seres queridos”, apunta Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
Más de 11.000 palestinos retenidos por Israel
Desde octubre de 2023, las autoridades israelíes han intensificado enormemente la detención de palestinos en Gaza y Cisjordania. Mantienen recluidos en estos momentos a unos 11.040 palestinosmás de la mitad sin cargos ni juicio, según la organización de derechos humanos israelí HaMoked, a fecha de 1 de septiembre de 2025. Centenares son niños. Israel retiene al menos 730 cadáveres palestinosalgunos desde hace decenios, para utilizarlos como moneda de cambio en negociaciones, según el Centro de Derechos Humanos y Asistencia Jurídica de Jerusalén (JLAC),
Amnistía Internacional pide que Israel los libere de inmediato y que termine con las prácticas de tortura, hambre y violencia sexual. “No puede haber justificación para tomar a personas como rehenes ni para la detención arbitraria de personas por periodos prolongados sin cargos ni juicio”, ha afirmado Agnès Callamard.
Por todo ello, exigen el alto el fuego inmediato y que “Israel ponga fin al genocidio que está llevando a cabo contra la población palestina en Gaza”.
El ejército israelí, sin embargo, se encuentra en plena ofensiva total contra Ciudad de Gaza, la mayor de toda la franja. Además de obligar a desplazarse a centenares de miles de personas que no tienen dónde alojarse, dado que el grueso de los edificios de la Franja está destruido por los bombardeos, Israel está sometiendo a Gaza a un cerrojazo total en el que limita enormemente la comida, agua y medicinas que pueden entrar, lo que ha provocado una hambruna declarada oficialmente por Naciones Unidas.